Ibai AZPARREN
VÍCTIMAS, ANTE EL ALARDE DE LA GUARDIA CIVIL EN GASTEIZ

«Ojalá olvidar que en sus manos deseamos morir»

Memoria Osoa organizó ayer, 12 de octubre, un acto en Artium de Gasteiz con el objetivo de hacer visibles y dar voz a las víctimas de la Guardia Civil. A escasos metros, el Instituto Armado celebró un homenaje que evidenció, según las quince asociaciones de víctimas que agrupa la iniciativa, la «hipocresía» política e institucional.

Axun Lasa, en el acto de las víctimas de la Guardia Civil, en Gasteiz.
Axun Lasa, en el acto de las víctimas de la Guardia Civil, en Gasteiz. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

La Guardia Civil ocupó este 12 de octubre todos los telediarios. La alcaldesa de Gasteiz ofreció la principal plaza para que por vez primera el instituto armado celebrase en el centro de la capital vasca el día de su patrona. Se le rindió homenaje y alardeó de sus armas, al tiempo que sus víctimas tuvieron que «contener el aliento» e intentar amortiguar «el dolor y el miedo que nos infundieron. Y la culpa. Y la vergüenza. Y la humillación».

Fueron palabras de Amaia Urizar, torturada por la Guardia Civil y que ayer tomó la palabra en el acto de la iniciativa Memoria Osoa que denunció el homenaje al cuerpo militar. Se celebró en el Artium de Gasteiz, pero muchos de los asistentes tuvieron que quedarse fuera debido a la gran afluencia de personas que quisieron acompañar a las víctimas del Estado español frente a un ensalzamiento que, según denunciaron, las «revictimiza» y aumenta todavía más si cabe la discriminación que padecen.

Axun Lasa, torturada y hermana de Joxean Lasa, quien fue secuestrado, torturado y muerto a manos de la Guardia Civil, cuyo cuerpo hizo desaparecer y enterró en cal viva, se preguntó con angustia: «¿Existirá una sala lo suficientemente grande?». No lo decía en referencia al acto de ayer, sino a algo mucho más profundo: «¿Será lo bastante grande para albergar todas las consecuencias humanas derivadas de la violencia ejercida en esta tierra por la Guardia Civil a lo largo de su historia».

Y es que, estos días «están siendo duros» para ella, difíciles de gestionar «desde lo emocional, imposibles de entender desde una perspectiva ética». Días que están sirviendo, agregó, para «evidenciar la hipocresía de un sector político e institucional que no duda en agredir y revictimizar a las miles de personas contra las que la Guardia Civil dirigió su acción criminal».

«Llevamos demasiados años deseando no verlos más, ni en sueños verlos. Ojalá algún día podamos olvidar que en sus manos algunas deseamos morir a seguir padeciendo su tormento. Ojalá que nunca olvidemos a quienes se quedaron en aquel infierno; a quienes nunca regresaron», remarcó Lasa.

No obstante, subrayó que «estamos aquí para renovar nuestro firme compromiso de seguir trabajando por un marco de convivencia integral, en el que la exclusión, la discriminación y la imposición de visiones particulares sobre lo que somos o lo que nos hicieron, no tenga cabida».

ESTRÁMBOTICO ALARDE

A escasos metros, la Guardia Civil, envuelta en banderas españolas y cetmes, desfiló este 12 de octubre con la Virgen del Pilar como estandarte espiritual de un acto de ensalzamiento del instituto armado.

En pleno mediodía, bajo un cielo que amenazaba con lluvia, la Guardia Civil hizo desfilar su maquinaria verde oliva por la plaza Nueva de la capital alavesa. Se avistaron muchos tricornios, cruces, estandartes y trompetas desafi- nadas que trataban de entonar con mucho denuedo pero con poco éxito el himno de cuerpo militar.

Hubo pocas sorpresas. Excepto que la Guardia Civil decidió homenajearse, con el beneplácito de la alcaldesa, Maider Etxeberria, en pleno centro de la capital. Hasta ahora, el instituto armado conmemoraba el día de su patrona en el cuartel de Sansomendi, pero la celebración en la plaza Nueva ha supuesto un nuevo paso en la «la discriminación de las víctimas de la violencia del Estado», denunció Memoria Osoa en su acto en Artium tras una pancarta que rezaba “Berriro ez. Reconocimiento. Reparación. Justicia”.

Una nueva ubicación que solo se entiende como otro intento de deshacer el esfuerzo que han realizado las víctimas de vulneraciones de derechos humanos en su lucha por construir una convivencia democrática. Al igual que los actos del cuerpo realizados en las capitales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la semana pasada, se percibe como otra maniobra destinada a imponer un relato único.

autombombo

El acto comenzó a las 11.00 horas en la plaza Nueva, con la delegada del Gobierno español, Marisol Garmendia, a la cabeza, acompañada por un variado elenco de personalidades judiciales, políticas, civiles, policiales y militares, además del obispo de la ciudad, Juan Carlos Elizalde, que pronunció una oración por todos los guardias civiles fallecidos en acto de servicio.

Entre los asistentes estaba José María Bastos Marzal, director de Justicia de Lakua, además de agentes de la Ertzaintza, invitados al evento, mientras sus compañeros aseguraban todos los accesos al lugar con un imponente despliegue de seguridad, muestra inequívoca del cariño y aprecio que la ciudadanía de Gasteiz siente hacia la Guardia Civil... si es que contar con un blindaje así es la forma más moderna de demostrar afecto.

El desfile fue, en realidad, café para los muy cafeteros. Homenaje al cuerpo, recuerdo a los caídos y celebración del 180 cumpleaños de un cuerpo armado con cientos de víctimas a sus espaldas. Todo ello entre «vivas a España» y un discurso que prácticamente no se pudo escuchar por la mala calidad de la megafonía. «Héroes que con su sangre lucharon por la patria», pudo entenderse entre las quejas de los allí presentes: «No se escucha una mierda».

El discurso del general jefe de la Guardia Civil en la Zona del País Vasco, José Antonio Mingorance, no pudo evitar verse arruinado por una cacofonía curiosa: el incesante repique de campanas y los ladridos de perros con collares decorados con la bandera española. A pesar de la distracción, el general continuó con su presentación de logros, y con mucho autobombo enumeró las hazañas de Guardia Civil en la CAV que bien justifican un plus de peligrosidad y el ratio policial más alto de la UE: la incautación de drogas, la recuperación de objetos robados y la confiscación de productos falsificados.

«Es esperanzador que este acto pueda celebrarse en la Plaza de España, en pleno corazón de Vitoria, con normalidad democrática», se felitió por su parte Garmendia, que se congratuló también del «éxito de público y acogida calurosa» de este acto y de otros recientes de la Guardia Civil y la Policía española.

«Primeras veces que confío en que sean segundas, terceras... hasta que ya no sean noticia», subrayó la delegada del Ejecutivo español, que recibió una contundente respuesta por las más de quince asociaciones de víctimas que agrupa Memoria Osoa: «Por respeto a todas las víctimas, esperamos que no vuelva a suceder que cargos públicos enaltezcan a nuestros torturadores».