Alessandro RUTA

RANIERI Y SU ROMA, EL ÚLTIMO ARREGLO DEL «TINKERMAN»

El técnico de la Roma, autor de una de las mayores hazañas de la historia con el Leicester, viaja esta tarde a San Mamés (18.45) confiado en su experiencia como entrenador en la Liga con Valencia y Atlético Madrid. La vuelta que ha dado a un equipo que parecía deportivamente muerto ha sido sobresaliente.

Claudio Ranieri, técnico de la Roma, bromea con Ernesto Valverde, entrenador del Athletic, en el partido de ida en el Olímpico.
Claudio Ranieri, técnico de la Roma, bromea con Ernesto Valverde, entrenador del Athletic, en el partido de ida en el Olímpico. (Giuseppe MAFFIA | AFP)

Si naces en Roma y tu familia te da el nombre de un emperador romano, la gente capitolina solamente te puede querer. Claudio Ranieri es un romano auténtico, y ‘romanista’ también, protagonista inesperado de un club que estaba de capa caída y que ha encontrado la salvación en un viejo conocido. Experimentado, preparado, irónico, ganador aunque pocas veces reconocido, quitando el increíble, absurdo, milagroso triunfo con el minúsculo Leicester en la Premier League en 2016. Si hay un reto, ‘Sor Claudio’ está allí para afrontarlo. Y el siguiente es lograr el pase a los cuartos de Europa League en San Mamés (18.45).

Cuando en septiembre los leones pisaron por primera vez esta temporada la cancha del Olímpico, la Roma era un polvorín: destitución del entrenador De Rossi, una dirección deportiva inexistente... y todavía faltaba lo peor con Ivan Juric en el banquillo (el croata ahora mismo es colista en la Premier League con el Southampton). Después de una horrible derrota 2-3 en casa contra el Bolonia el pasado 10 de noviembre, llegó otra revolución técnica, gestionada por «el flotador de siempre»: Claudio Ranieri, por tercera vez llamado a ayudar al equipo a media temporada.

A partir de ahí, el equipo empezó a achicar agua, hasta llegar a ganarle la partida la pasada semana a un Athletic muy en forma. Si la Roma de momento es séptima en la Serie A italiana, desde que se sentó Ranieri en el banquillo giallorosso la clasificación estaría realmente así: Inter 36 puntos, Nápoles 34, Roma y Atalanta 33. Es decir, sería tercera. Y líder virtual en los 9 partidos de la segunda fase.

Algo increíble pero que realmente no resulta nada raro en la carrera de un ‘Tinkerman’, el apodo que ‘Sor Claudio’ se ganó durante su época en Inglaterra, ‘El reparador‘. La receta ha consistido en dar confianza a un Paulo Dybala que no sabía ni cuándo se le iba a terminar el contrato, reanimar a una zaga deprimida recuperando a gente como Celik que se había convertido en carne de memes, poner las piezas en su sitio (el lateral Angeliño) y, sobre todo, recuperar el ambiente.

Nada mejor que «uno de la familia», un hincha como todos los demás, alguien que tiene suficiente crédito como para no tener que justificar nada. Uno no solamente ‘romanista’ sino además romano de pura cepa, del barrio aún muy auténtico de Testaccio, corazón de los tifosi locales. En Testaccio su apodo no es ‘El reparador’, sino ‘Er Fettina’, (‘El Lonchita’) puesto que su padre era carnicero, y el joven Claudio, uno de sus repartidores.

EL MILAGRO DE LEICESTER

Ranieri tiene un antes y un después muy claro: abril de 2016, la inverosímil victoria en la Premier League con el Leicester, equipo inexistente en cuanto a títulos hasta aquel entonces y transportado ya a la inmortalidad. Sus ‘Malditos Bastardos’ como Vardy, Mahrez, Kanté, Fuchs, el portero Schmeichel, el olvidado Drinkwater... todos se alinearon en la temporada perfecta aunque en la siguiente le harían un poco la cama al entrenador.

Fue con el Valencia cuando recaló en la Liga, obviamente como ‘Tinkerman’, sustituyendo a Valdano. Y abrió una etapa muy exitosa, que le garantizaría otra llamada posterior desde Mestalla en 2004, después de la experiencia con el Chelsea.

El éxito de Ranieri en Valencia empezó a gestarse con aquella victoria en San Mamés el 15 de febrero de 1998: un 0-3 con la estrella de Gaizka Mendieta iluminando a La Catedral. El gol del lekittarra fue una verdadera maravilla. En total contra el Athletic en San Mamés ha jugado cuatro partidos, ganando aquel día, empatando en otra ocasión y perdiendo dos duelos.

Alineaba entonces con un granítico 4-4-2 muy noventero, y muy poco ha cambiado. Puede que el 3-4-2-1 con lo cual va a jugar hoy sea distinto en cuanto a la alineación, pero entre por ejemplo la dupla Ilie-Claudio López y esta actual Dovbyk-Dybala las diferencias son escasas.

Ranieri ya ha dicho que no va a seguir la temporada que viene, aunque a sus 73 años, todavía no se va a jubilar. Seguro que si llegase otra llamada en apuros desde el club de su vida -aunque de jugador militó casi todo el tiempo en el modesto Catanzaro- podría hasta dejar de comer la pasta carbonara cocinada por su mujer Rosanna: «La mejor del mundo».