Un penalti pitado por el VAR por una presunta mano de Pablo Marín dentro del área fue necesario para que el Real Madrid pudiera abrir el marcador en el partido que le enfrentó a la Real Sociedad en el Bernabéu. Para ello hubo que esperar al minuto 37, pero el regalo de Concha Espina al club llegó.

El Real Madrid estaba más pendiente del invento ese del Mundial de Clubes y de organizar emotivas despedidas, y la Real, pensando en la planificación de la próxima temporada, en la que tampoco estará Roberto Olabe como director deportivo.

Los dos conjuntos saltaron al césped con nula tensión competitiva, ya que ninguno se jugaba nada en la clasificación. El interés de la Real se limitaba a que Imanol cerrara su ciclo como lo inició, con un triunfo en el Bernabéu.

La Real comenzó el encuentro intentando combinar sus primeras jugadas de ataque hacia el área del Madrid con internadas de Kubo, una de ellas frustrada con una falta que, evidentemente, no se pitó. El Real Madrid respondía, pero no lograba crear un verdadero peligro en el área realista, más allá de un disparo de Mbappé en el minuto 6 bien respondido por Marrero.

Sergio Gómez tuvo el gol en el minuto 8, pero no acertó a definir ante Lunin. Poco después, la grada comenzaba a corear el nombre de Modrić. Habían ido para eso.

MARRERO, PROTAGONISTA

El Real Madrid se limitaba a intentar combinar con Mbappé y recurrió también a un tiro envenenado de Asencio desde fuera del área y a otro de Valverde desde su propio campo que fueron bien respondidos por Marrero, quien tuvo una buena actuación, lo que suele ser buena señal para el portero, pero no tanto para el equipo.

En el 26, a Pablo Marín se le fue arriba un remate de un córner y en el 33, Pacheco dio un pase magistral a Sučić, quien no pudo definir ante Lunin. Un minuto después, Modrić lanzaba un córner y la grada volvía a corear el nombre del croata. Ese era el ambiente cuando Marrero volvió a atajar un disparo de Mbappé.

En ese momento, entró en juego el VAR y pitó penalti de Pablo Marín porque un balón le golpeó involuntariamente una mano que tenía pegada al cuerpo. Mbappé lanzó el penalti, que para algo buscaba la Bota de Oro, una de las pocas cosas que se disputaba ayer en el Bernabéu. El de Bondy lanzó y Marrero logró parar el balón, pero el rechace fue remachado por el francés. Era el ingrediente que necesitaban para la fiesta madridista y ya lo tenían.

En la segunda parte, poco más. Mbappé marcó el segundo en un balón en el que Marrero no pudo hacer nada.

Los cambios se convirtieron en una oportunidad para las despedidas. En el 75 se fue Lucas Vázquez con una ovación. Pero lo bueno llegó en el 85, con el cambio de Modrić. Más aplausos y pasillo de honor. Aparecieron su mujer y sus hijos. Más aplausos. Más abrazos. Lágrimas. Apareció Kroos, y se abrazaron. Pancartas de agradecimiento al croata por su aportación al Madrid estos años. Apoteosis blanca. Todo ello con el partido interrumpido. Un presunto partido de Liga.

Cinco minutos más y uno de ampliación. Pitido final. Despedida a Ancelotti. Se cumplió el guion del Real Madrid con la Real de invitada.

VAR-A PROTAGONISTA REAL MADRILEN FESTAN

VAR sistemak adierazi zuen penalti bati esker hasi zen Real Madrilen festa Santiago Bernabeu zelaian. Ordura arte jo gutxi izan zen, baina Realak aukerak izan zituen. Unai Marrero atezainak Mbapperen jaurtiketa gelditu zuen, baina frantsesak bere oinetara heldu zen baloia aprobetxatu zuen gola sartzeko. Hortik aurrera, gauza gutxi. Beste gol bat eta Lucas Vazquez eta, batez ere, Modric agurtzeko ikuskizuna antolatzeko aprobetxatu zuen partida Real Madrilek. Reala gonbidatua baino ez zen jai horretan.