El punto de ayuda de EEUU e Israel, una trampa mortal para los gazatíes
El Ejército sionista utiliza los nuevos puntos de distribución de ayuda organizados junto a EEUU como trampa para atacar a la ciudadanía palestina que hace cola para conseguir alimentos y otros bienes básicos. Su último ataque, ocurrido ayer en el sur de Gaza, causó 31 muertos. Para la UNRWA, la entrega de alimentos es «una trampa» mortal para la población del enclave.

Al menos 31 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en un ataque perpetrado ayer por el Ejército israelí cerca de un punto de reparto de ayuda situado en Rafah, en el sur de Gaza.
La población se dirigía a un centro de la Fundación Humanitaria para Gaza, una polémica entidad privada que opera al margen de la ONU y que cuenta con el respaldo de Israel y EEUU, cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, los fallecidos presentaban una sola herida de bala en la cabeza o en el pecho. Los más de 150 heridos fueron trasladados al complejo médico Nasser de Khan Younis, uno de los últimos hospitales en funcionamiento del enclave.
La Fundación puso en marcha su controvertido plan de ayuda la semana pasada. El miércoles, las autoridades gazatíes denunciaron que el Ejército sionista abrió fuego contra las multitudes que esperaban suministros en el sur, con un saldo de tres muertos y 40 heridos. Tres días después, en el oeste de Rafah, varios civiles que se dirigían a otro punto de reparto fueron alcanzados por disparos israelíes. Ninguno sobrevivió.
En este contexto, las autoridades gazatíes denunciaron que Israel utiliza la ayuda humanitaria como una «herramienta de guerra». En esa misma línea, el jefe de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, advirtió que la entrega de suministros se ha convertido en una «trampa mortal».
Los cuatro puntos de distribución están distribuidos entre el centro y sur de Gaza. Para la recogida, los gazatíes deben ir por estrechos corredores rodeados de alambrados de púas, pero muchos vuelven con las manos vacías, denunció ayer la ONU. Para el jefe de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la organización, Jonathan Whittall, se trata de «una escasez diseñada».
En paralelo, y por segundo día consecutivo, miles de personas desesperadas interceptaron camiones del Programa Mundial de Alimentos para hacerse con harina, legumbres y otros productos básicos.
NEGOCIACIONES ENCALLADAS
Después de que tanto Israel como EEUU tildaran de «inaceptable» la contrapuesta de Hamas de entregar rehenes a cambio de un alto el fuego permanente y la salida de tropas de Gaza, la milicia palestina reiteró ayer que sus enmiendas a la propuesta estadounidense no buscan «condiciones políticas, sino un mínimo de dignidad humana», tras más de 19 meses de bombardeos israelíes.
Egipto y Catar, que ejercen de mediadores en las negociaciones, afirmaron ayer que siguen haciendo «intensos esfuerzos» para «resolver los puntos de discordia» entre Israel y Hamas para alcanzar una tregua según el plan presentado por Washington.

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