GARA
TEHERÁN-WASHINGTON
EL INFIERNO EN GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Irán se hace de rogar para reanudar las negociaciones nucleares

Irán afirma que aún no existe ningún «plan» para reanudar las negociaciones sobre la cuestión nuclear con EEUU, contrariamente a lo anunciado por Donald Trump tras la tregua que puso fin a la guerra iniciada por Israel. Washington no contempla suavizar las sanciones a Irán y no descarta nuevos ataques si recibe informes «creíbles» de enriquecimiento de uranio.

Ali Jamenei, durante su discurso del jueves.
Ali Jamenei, durante su discurso del jueves. (IRIB NEWS AGENCY | AFP)

«Las especulaciones sobre la reanudación de las negociaciones no deben ser tomadas en serio», aseguró el jueves el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, en la televisión pública. «No hay aún ningún plan para comenzar negociaciones», añadió después de que el sexto ciclo de diálogos sobre el programa nuclear iraní, previsto para el 15 de junio con mediación del sultanato de Omán, fue anulado por la guerra provocada dos días antes por el ataque israelí contra Irán.

Araqchi contradijo así lo dicho por el presidente de EEUU, Donald Trump, quien la víspera aseguró que iban a «hablar la semana próxima con Irán» e incluso evocó la posibilidad de «firmar un acuerdo» sobre el programa nuclear de Teherán.

La República Islámica defiende su derecho a desarrollar su programa nuclear con fines civiles y niega querer dotarse de la bomba atómica como argumentó Israel para lanzar su ofensiva del 13 de junio y como lleva diciendo 30 años.

El alcance de los repetidos ataques israelíes y de los bombardeos estadounidenses del sábado por la noche contra sus instalaciones nucleares está ahora bajo discusión.

En su primera declaración desde el inicio de la tregua que puso fin el martes a 12 días de guerra, el líder supremo iraní, el ayatollah Ali Jamenei, afirmó que Trump «exageró» el impacto de sus ataques contra las centrales iraníes de Fordow, Natanz e Isfahan.

EEUU «no ganó nada» con sus bombardeos, dijo Jamenei, que celebró con tono triunfal la «victoria» de Irán. Sostuvo que dieron una «bofetada contundente» a EEUU y que Israel «casi colapsó» por los ataques lanzados desde Teherán.

La Casa Blanca acusó a Jamenei de intentar «salvar las apariencias». «Vimos el vídeo del ayatollah, y cuando se tiene un régimen totalitario, hay que salvar las apariencias», declaró la portavoz de la Presidencia, Karoline Leavitt.

Pero más tarde, el canciller Araqchi admitió «importantes» daños en las instalaciones nucleares, y explicó que se está llevando a cabo «una evaluación detallada» y que el Gobierno iba a discutir cómo «exigir indemnización».

Trump afirmó que las centrales bombardeadas quedaron «totalmente destruidas» y que Irán no pudo evacuar preventivamente las reservas de uranio que almacenaban, aunque algunos expertos estiman posible que Irán sacara parte de sus 400 kilos de uranio altamente enriquecido antes del ataque y los escondiera en algún lugar del territorio.

SANCIONES

Ayer, aseguró que no contempla suavizar las sanciones a Irán para dar una oportunidad al diálogo ante el discurso de «odio» de Jamenei, a quien dijo haber «salvado de una muerte muy fea y humillante» porque «sabía exactamente dónde se escondía» y no reveló su paradero.

Le recriminó que dijera que Irán había «ganado la guerra» cuando sabe que es mentira». Y agregó que no descarta volver a atacar sus instalaciones nucleares si recibe informes «creíbles» que confirmen un enriquecimiento de uranio a «niveles preocupantes».

Israel Katz, ministro de Defensa israelí, declaró ayer que el régimen sionista estaba dispuesto a matar a Jamenei si se hubiera presentado la oportunidad. El Ejército había «buscado mucho», pero «se fue muy profundo bajo tierra y rompió el contacto con los comandantes», por lo que no fue posible, dijo antes de aconsejarle que permanezca en un búnker.

El presidente iraní, Masud Pezeshkian, por su parte, afirmó que la respuesta militar iraní evitó «una guerra generalizada» en Oriente Medio y pidió que se abandone la política de «apaciguamiento» ante el régimen sionista y que la comunidad internacional adopte una «actitud más responsable» hacia los agresores e incitadores de guerras.



Israel sigue bombardeando Líbano

Al menos una persona, concretamente una mujer, murió y otras once resultaron heridas en un bombardeo israelí contra un edificio residencial en la ciudad de Nabatieh, en el sur de Líbano, en el marco de una oleada de ataques en Ali al-Taher, Kfar Tebnit y Nabatieh al-Fawqa, en la misma región.

Israel aseguró que el lugar atacado «era usado por el sistema de defensa de Hizbulah en la zona del castillo de Beaufort, una fortaleza cruzada levantada en el siglo XII y ubicada en la localidad de Arnún, en la provincia de Nabatieh.

El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, condenó «enérgicamente» los ataques y recalcó que «suponen una flagrante violación de la soberanía nacional y de los acuerdos de cese de hostilidades alcanzados en noviembre».

Esta es la tercera oleada de envergadura lanzada por el Estado judío contra el sur de Líbano en la última semana, después de que ya los pasados viernes y lunes perpetrara otras dos que supuestamente tuvieron como objetivo instalaciones militares y almacenes de armas pertenecientes al grupo chií.

Israel justifica este tipo de ataques contra Líbano argumentando que actúa contra las actividades del Partido de Dios y que, por ello, no viola el alto el fuego pactado el 27 de noviembre, si bien tanto Beirut como el grupo han denunciado estos ataques, igualmente condenados por la ONU.

Naim Qassem, líder de Hizbulah, defendió la necesidad de «liberar» el territorio de su país y de no «someterse» a Israel, que aún ocupa cinco colinas en el sur más de medio año después del alto el fuego.GARA