Un año después de su derrota ante Altuna III en el mismo escenario, Peña II logró ayer redimirse conquistando la final tras vencer a Zabala, que debutaba en una cita de este calibre tras eliminar en las anteriores eliminatorias al mismísimo Altuna III y a Peio Etxeberria. El de Tolosa supo resistir el empuje inicial del pelotari vestido de azul y, con temple y estrategia, dio la vuelta a un marcador adverso en un duelo vibrante marcado por el ambiente sanferminero.

No solo fue importante la victoria de Peña II, por cómo se dio, sino por todo el trabajo realizado anteriormente y que no se ha visto reflejado. «Esto es un regalo muy grande. Llevo trabajando muchísimo tiempo, muchas palizas en el frontón y en el físico, no había tenido el placer de calarme una txapela y esto es muy importante y hay que seguir», subrayó el tolosarra al final.

Ambos pelotaris comenzaron el partido con un juego rápido e intenso, aunque en los primeros intercambios se vio más cómodo a Zabala, de azul, quien supo adelantarse hasta el 1-4, pero Peña II, de rojo, consiguió reaccionar e igualó el marcador 4-4.

Uno de los tantos más emocionantes ocurrió cuando el partido se encontraba 4-5 a favor de Zabala, en el que ambos pusieron a prueba la resistencia del otro, llegando a pelotas que parecían imposibles y que se decantó del lado del Peña II, quien reivindicó con rabia.

Sin embargo, Zabala siguió mandando y se colocó a 9 tantos de ventaja (7-16), logrando mover al de Tolosa de un lado a otro, al mismo tiempo que supo ocupar el centro.

Peña II vivió uno de los momentos más críticos del encuentro y no dio señales de encontrar una respuesta para desarticular al riojano Zabala. Tampoco se le vio sólido a la hora de restar el saque de su rival y dejaba la pelota a merced del azul.

CANSADO, PERO MUY FELIZ

Tras el descanso, Peña II empezó a encontrar su mejor versión y logró frenar la racha de Zabala, a quien obligó a jugar pegado a la pared con la zurda.

La estrategia le funcionó y, junto con varios dos paredes de mérito, dio la vuelta al marcador (17-16). Fue el momento de las dudas para Zabala, quien ahora debía sobrevivir al buen momento del tolosarra, que no dejaba de sacar petróleo al llevar el juego al txoko. Pero vio su oportunidad y en un tanto que parecía perdido se lo llevó y hasta fue capaz de volver a ponerse por delante con dos tantos consecutivos más, pero no pudo levantar lo suficiente la pelota un intento de dos paredes.

Al término de la final, Jon Ander Peña era el rostro de la felicidad. «Me encuentro muy feliz. Para mí es un aprendizaje, tanto esta remontada como el partido del viernes, que fue muy duro también, y hace cinco o seis años veía impensable darle la vuelta así a un partido», subrayó el de Baiko.

«He creído en mí durante todo el campeonato», añadió visiblemente cansado Peña II, quien reconoció que «he sufrido muchísimo durante los tres partidos y hoy ha sido la gota que ha colmado el vaso, he ido 9 o 10 puntos por detrás y es muy complicado darle la vuelta, pero lo he conseguido y estoy muy orgulloso».