Luis MIGUEL PASCUAL
TOUR 2025

Milan anota su primera victoria en el Tour, Pogacar sigue dominando

La carrera de ayer fue cosa de velocistas y Jonathan Milan, un debutante de 24 años, cruzó la meta en primer lugar. Es el tercer sprinter que se anota una victoria en la presente edición de la ronda gala. Se impuso con autoridad al belga Wout Van Aert.

Jonathan Milan, enfilando hacia la meta.
Jonathan Milan, enfilando hacia la meta. (Anne Christine POUJOLAT | AFP)

El italiano Jonathan Milan (Lidl) se llevó la octava etapa del Tour, que se corrió entre Saint-Méen-Le-Grand y Laval, de 171,4 kms de recorrido. Vista la potencia de sus piernas y su juventud, levantó sospechas fundadas de que quizás no sea el último triunfo que se lleve al sprint. No hubo cambios en la general, que lidera Tadej Pogacar (UAE).

Milan (nacido en Tolmezzo, 24 años), debuta en el Tour y se lució con el maillot verde por puntos en la meta de Laval, donde levantó los brazos con su ya particular estilo, después de una de sus exhibiciones, en las que machaca los pedales, con un tiempo de 3h.50.26, a una media de 44,6 km/hora.

Milan, además, rompe con las vacas flacas de los ciclistas italianos, ya que desde 2019, con Nibali, no ganaba un ciclista transalpino.

Milan dejó atrás al belga Wout Van Aert (Visma) y al australiano Kaden Groves (Alpecin). Es el tercer sprinter que se lleva una etapa. Quizá le favoreció la caída de Tim Merlier, el velocista que se impuso en el último duelo.

TRANQUILIDAD EN LA PARTE ALTA DE LA TABLA

A diferencia de los velocistas, los colosos de la general tuvieron, por lo demás, un día tranquilo. No hay cambios entre los primeros puestos de la tabla.

A Pogacar nadie le tose y desempató con su compatriota Roglic en días de líder en las 3 grandes, con 63 jornadas.

Remco Evenepoel persigue al esloveno desde la segunda plaza a 54 segundos, la revelación francesa Kevin Vauquelin es tercero a 1:11, el danés Vingegaard cuarto a 1:17, y dentro del top 10 Primoz Roglic es noveno, a 3:06.

PELOTÓN MAGULLADO

Los sprinters salieron de su guarida después de unos días de ostracismo por las carreras del norte del Estado francés. Tienen un fin de semana con dos opciones claras para el lucimiento, y no deben dejarlas escapar. El pelotón salió de la pequeña localidad de Saint-Méen-le Grand, donde hace 100 años nació un mito del Tour: Louison Bobet, el primero en ganar tres ediciones consecutivas en los años 50.

Muchos heridos, vendajes en piernas y brazos, muchas heridas en carne viva que reflejaban el festival de caídas de la víspera camino del Muro de Bretaña. Algunos, incluso con una costilla rota, como el portugués Joao Almeida, un pilar en el UAE de Tadej Pogacar, quien se sentía como si le hubiera «pasado por encima un tren dos veces».

Con dolor, mucho calor y el viento en contra se lanzó la etapa del reencuentro con el sprint. Los favoritos, a verlas venir, los equipos de los velocistas a esperar su momento, sin prisa, y los habituales aventureros inéditos. Tan solo se animó la etapa en mitad del recorrido con un ensayo general en el sprint intermedio de Vitré, donde Milan le ganó la partida a Merlier a 60 por hora. Un aviso del italiano.

La fuga fue anecdótica. A 90 kms de meta, dos corredores del Total Energies: Vercher y Burgaudeau asumieron el papel de ese sector de equipos invitados que deben dejarse ver para hacer entretenida la etapa. Enseguida el Lidl-Trek de Milan y al Intermarché de Girmay tomaron el mando.