Imanol CARRILLO
TOUR 2025

Exhibición en Hautacam, liderato... Pogacar vuela hacia su cuarto Tour

Después de haberse caído el miércoles, ayer el esloveno del UAE se escapó a falta de 12 kilómetros en la subida a Hautacam. Vingegaard no pudo seguirle y el danés cruzó la meta en la primera etapa pirenaica a 2:10 del vencedor y, quién sabe, si del Tour.

Pogacar vuela en Hautacam entre aficionados vascos congregados en los Pirineos.
Pogacar vuela en Hautacam entre aficionados vascos congregados en los Pirineos. (Marco BERTORELLO | AFP)

Se acaban los calificativos para Tadej Pogacar. El esloveno no es el típico ciclista que se conforma con lo mínimo. Si no ocurría nada extraño, en la primera etapa de los Pirineos de ayer, el corredor del UAE tenía medianamente asegurado el maillot amarillo al finalizar la jornada tras el desplome del hasta entonces líder Ben Healy. Pues bien, al maillot arcoíris no le bastó y después de haber sufrido una caída la víspera -sin consecuencias, por lo visto-, lanzó un ataque voraz a falta de 12 kilómetros, en la subida a Hautacam, para dejar atrás a su máximo rival, Jonas Vingegaard (Visma). Las diferencias fueron aumentando demasiado rápido y el danés cruzó la línea de meta a 2:10. Tercera victoria en esta edición de Pogacar, la 102 de su carrera y paso de gigante hacia su cuarto Tour.

Golpe moral y psicológico. No solo de Pogacar a Vingegaard y sus otros rivales como un Remco Evenepoel (Soudal) a su ritmo pero con problemas en cada ascenso del día o un gran Florian Lipowitz, tercero de la etapa a 2:23 y cuarto en la general. Sino también del UAE Team, que se puso en cabeza en el tramo final de la primera etapa pirenaica, tomando el relevo del Visma en la parte delantera -cuando se había puesto a tirar en el ascenso al col de Soulor- y diciendo ‘aquí estamos nosotros’, antes de que Jhonatan Narvaez -a falta de Joao Almeida- subiese el ritmo para que Pogacar asestase el golpe definitivo en las duras rampas de Hautacam que puede valer un Tour.

REVANCHA TOMADA

Pero hay más en el aspecto psicológico. La victoria y el achazo de ‘Pogi’ se produjo en la misma cima donde hace tres años fue humillado por Vingegaard. Ayer, el campeón del mundo se tomó la revancha y le aventajó en 2:10 en la meta, por lo que ya le tiene a 3:41 en la general, una renta muy sustanciosa para conseguir su cuarto Tour.

Y hoy espera la cronoescalada de 10,9 kilómetros entre Loudenvielle y Peyragudes, puerto de primera de 8 km al 7,3%. Habrá que ver cómo descansan los favoritos al maillot amarillo. Lo peor de la etapa en el altipuerto llega al final, con rampas de hasta el 16%.

AFICIONADOS VASCOS

En los primeros kilómetros de los Pirineos ya se pudieron ver por el camino a los aficionados vascos, habituales en las carreteras animando a los ciclistas, pero mucho más en estos lares y en un Tour. Ikurriñas en mano, no dejaron de animar al pelotón y, cómo no, a los corredores de Euskal Herria, aunque en esta edición sean mínimos.

En los últimos kilómetros de las duras rampas de Hautacam, por ejemplo, se pudieron ver caretas gigantes con la cara de Ion Izagirre (Cofidis) animando al de Ormaiztegi. Alex Aranburu seguro que tuvo también el aliento de la afición.

Como seguro también lo tuvo otro de los protagonistas de la jornada: Bruno Armirail. El corredor del Descathlon Ag2r La Mondiale estuvo en cabeza por unas carreteras que conoce a la perfección. El de Bagnères-de-Bigorre, localidad a escasos kilómetros de Hautacam, soñó con lograr la victoria en el Tour. Fue uno de los escapados del día, entre los que estaban Welles (UAE), Benoot (Visma) o los Movistar Castrillo, Romeo y Einer Rubio. Armirail fue el único superviviente. Cruzó en solitario el valle hasta el pie de Hautacam, pero los perseguidores ya eran los mosqueteros de la general, que marchaban afilando las espadas para el combate.

Sin embargo, la pelea no duró ni cinco minutos. En el escenario de categoría especial que nunca pasó inadvertido ante el libro de historia del Tour, donde en 1994 un francés llamado Luc Leblanc le hizo sufrir a Indurain, donde Javier Otxoa en 2002 firmó una hazaña inolvidable y donde Nibali encargó el Tour 2014, un esloveno implacable decidió ir dando carpetazo al Tour 2025.