Lo dice la RAE, y pese a mi falta de confianza en la institución por algunas de sus decisiones, entre querer a una persona y amarla existe un trecho, porque querer bien a una persona es amarla. Y amarla va más allá de desearla, de ansiarla, de ambicionarla. Sin embargo, está grabado a fuego en nuestro imaginario que querer a alguien implica posesión, cierto poder sobre la persona amada y que quien quiere, puede llegar a realizar acciones contra nuestra voluntad que, supuestamente, son para nuestro bien. Estas cuestiones del que querer van más allá de las relaciones de pareja, salpican a las amistades, a compañeros de trabajo, a la familia, etc. Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 1978), ganadora del Goya a la Mejor dirección Novel por “Cinco lobitos” (2022), ha realizado una de las mejores series sobre las relaciones de poder y abusos en las parejas. “Querer” es una bomba que le estalla al espectador en la cara, precisa a la hora de registrar en qué consiste el control, ya sea económico, físico o psicológico, sobre la otra, ya sea narrativamente o formalmente. Pocos atisbos de imperfección sobrevuelan esta miniserie ambientada en un Bilbao al que le queda mucho de rancio, machista y clasista que sacudirse. Nagore Aranburu y Pedro Casablanc están perfectos, mostrándonos en qué consiste la violencia machista que aún toleramos, porque está normalizada y parece invisible.