Irresponsabilidad y racismo del alcalde de Valtierra
Si alguien deseara desacreditar a Manuel Resa, alcalde de Valtierra, le bastaría con reproducir sus declaraciones de forma fidedigna. Ayer se hizo público que el Consejo de Navarra considera discriminatorias las ayudas del Ayuntamiento de esa localidad de Nafarroa a la natalidad, es decir, la subvención de 3.000 euros por nacimiento supeditada a 20 años de residencia continuada en el municipio y a una posterior permanencia de otros 20 años. Tras conocer el fallo del Consejo, Manuel Resa no solo se reafirmó en la supresión de ayudas a las y los migrantes, sino que además degradó, estigmatizó e incluso amenazó a esas personas.
No cabe duda de que ese alcalde de UPN considera que la mejor defensa es un buen ataque, si es que a una colección de exabruptos se le puede llamar ataque. Señaló a los menores extranjeros no acompañados; a menores, niños y adolescentes, en situación de vulnerabilidad que en todo caso necesitarían especial atención, y tuvo la desfachatez de llamarles «señoritos» haciendo referencia al coste de su manutención. Incidió en esa valoración del ser humano según su procedencia y el perjuicio o el beneficio económico que pueda conllevar su acogida diciendo que las y los inmigrantes «nos cuestan un pastizal», mostrando, además de su racismo, su clasismo. A la falta de humanidad mostrada por Manuel Resa se le ha de sumar su falta de respeto, también hacia los ciudadanos y ciudadanas de la comarca, a quienes involucró en su deriva xenófoba vertiendo amenazas poco veladas y estimulando los instintos más bajos, en alusión a la «revolución» que dice puede haber en Erribera a causa de la inmigración.
La demagogia, práctica habitual de la ola reaccionaria antinmigración, no solo no soluciona nada, sino que empeora las cosas, desenfoca el problema, en este caso con el manido y manipulado argumento de la inseguridad, y enfrenta a la ciudadanía, creando una ficción sustitutiva de la realidad a base de datos falsos y tergiversaciones, y mostrando a un culpable, que suele ser el más indefenso, a quien estigmatiza. Es lo que hace el alcalde de Valtierra, cuya manifiesta e inaceptable irresponsabilidad le inhabilita para ejercer un cargo público.

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