El ataque por parte de un grupo armado con hachas y cuchillos a una comisaría de Serikbuya, en Turquestán Oriental (Xinjiang, para Pekín), se saldó el sábado con la muerte de once personas, y fue atribuido a los uigures, etnia de origen turcomano mayoritaria en la región que denuncia discriminación e intento de asimilación por parte de los han, la mayoritaria en China. Según la Policía, los atacantes mataron a dos policías y nueve de ellos fueron abatidos durante el tiroteo posterior. El Congreso Mundial Uigur, en el exilio, dijo que los choques se produjeron después de que la Policía habriera fuego contra un grupo de manifestantes uigures y mataran a uno de ellos.