Maite Soroa
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PAPEREZKO LUPA

Última lección del maestro de fachillas

Cuando la profesión, es un decir, de columnista facha no estaba tan extendida y cuatro o cinco personajes compaban el mercado, Alfonso Ussía vivía en su salsa. Ahora, sin embargo, apenas nadie le hace caso aparte de «La Razón», periódico donde escribe y que le hace un homenaje de vez en cuando. Y no será porque no se esfuerce, sobre todo cuando se dedica a vomitar sandeces sobre este país, que es casi siempre. Ayer aprovechaba la plática del obispo Uriarte en una entrevista radiofónica, de la que ya hablábamos en la anterior lupa, para desempolvar su libro de estilo, y escribía cosas como esta: «Al nauseabundo Obispo emérito no se le ha pasado por la cabeza analizar que en un Estado de Derecho el terrorismo es perseguido hasta las últimas consecuencias». Lo de nauseabundo casi queda en anécdota después de leer lo de «hasta las últimas consecuencias». ¿A qué se refiere Ildefonso? Conociendo su talante democrático, servidora se lo imagina y le entran escalofríos.

Ussía achaca a Uriarte hacer un «uso demoníaco y malvado de los trucos del lenguaje» y de llevarse por el «odio y venganza». Y todo porque se le ocurrió decir que el Estado español debía pedir perdón por las tropelías cometidas. Debía haber imaginado que los cancerberos infraebrianos saldrían como lobos hambrientos. Y Ussía no se queda atrás. Así, en el mismo tono, insiste en que «el deleznable Obispo emérito no tiene quien le responda en la Iglesia ni lo ponga en su sitio». Con lo que le gusta al aristocrático articulista que a la gente le pongan «en su sitio»...

Y como colofón, una muestra de hasta dónde llega el intelecto del maestro de fachillas. Lean, lean, que merece la pena: «Son perseguidos, detenidos, juzgados y sentenciados, de acuerdo a las leyes de un Estado de Derecho los terroristas, y el Estado de Derecho está obligado a pedirles perdón por haberlos capturado `gracias a los excesos de las Fuerzas del Orden'. Rezo en vascuence, señor Obispo. Mi padre me enseñó a hacerlo. `El Gure Aitá'. Canto a la Virgen en vascuence con el `Agur Jesusen Ama'. Soy católico, apostólico, romano y practicante. Que le den al señor Obispo por donde más le apetezca». Ese es Ussía en todo su esplendor. Y hasta hay unos premios que llevan su nombre. Así son.