Joseba VIVANCO
Internacional

Celebraciones desiguales

Un jugador del Hull se corta el pelo tras marcar, y Anelka realiza un gesto antisemita que su país repudia.

Antes había códigos. El que se tiraba era un marica, le decían levantate. Ahora los jugadores se tiran y listo. Antes había un muerto en la cancha y nosotros seguíamos. Alfio Basile, entrenador argentino.

Las portadas de todos los tabloides deportivos ingleses abrían el lunes con el supuesto piscinazo de Luisito Suárez y la polémica abierta por José Mourinho después de sugerir que «yo vengo de un país donde muchos se tiraban a la piscina; es un jugador fantástico». Con el 2-1 a favor de los Blues en el partido de la jornada, Chelsea-Liverpool, Eto´o entró por detrás al jugador charrúa dentro del área y este cayó. Polémica servida. Acrobatic swimming pool dive, titulaba a toda página la sección deportiva de Mirror;, o Diver Suarez back in the deep end; hacía lo propio la de The Times; o Suarez just a pool driver; la de DailyExpress;.
Antes del choque, Suárez e Ivanovic cruzaron el saludo dejando atrás aquel mordisco del uruguayo en una oreja del serbio, que dejó al delantero red fuera de juego unos cuantos partidos. No marcó esta jornada, su equipo perdió a pesar de ponerse por delante y, lo que son las cosas en una Premier que no para, el Liverpool era líder el 24 de diciembre: tras perder ante City y Chelsea, el 29 era quinto a 6 puntos del líder.
Salen victoriosos los de Mourinho, que a pesar de su juego tan cuestionado, ha jugado contra United, Bayern, Arsenal, City, Tottenham y Liverpool y ninguno le ha ganado. Los de Londres donde el navarro César Azpilikueta sigue siendo titular y rayando a buen nivel, todo lo contrario de un desaparecido Juan Mata que apenas juega son ya terceros, a un punto de los Citizen de Pellegrini y a solo dos del líder Arsenal, que estas Navidades ha hecho dos de dos, con un 0-1 este domingo en la siempre difícil casa del Nouveau Château Newcastle. Gol del francés Giroud, que rompía una sequía que duraba un mes, y los Gunners que celebran su liderato, aunque no de una manera tan exótica como la de Tom Huddlestone ni tan polémica como la de ¡sí, todavía juega! el francés Nicolas Anelka.
«He's cutting his hair, he's cutting his hair, Tom Huddlestone is cutting his hair», le cantaban los aficionados del Hull City al melenudo jugador que había prometido no cortarse la cabellera hasta el día en el que marcara un gol en la Premier. Ese día llegó el pasado sábado, coincidiendo con su cumpleaños. Hizo el quinto gol en la victoria por 6-0 de los tigres; frente al Fulham de Amorebieta, que es ya antepenúltimo, y acto seguido se acercó a la banda donde un empleado le esperaba con unas tijeras. Huddlestone apenas permitió que un pequeño mechón se alejara de su esponjosa melena, pero celebró a gusto su cumpleaños.
No esperaba, o sí, tanta trascendencia mediática Anelka, de 34 años, que logró marcar con el West Bromwich y ser el noveno jugador en hacerlo en seis equipos distintos de la Premier. Al anotar, extendió un brazo hacia el suelo y cruzó la mano contraria sobre el hombro, en lo que algunas asociaciones detectan una alusión al saludo nazi. La propia ministra de Deportes francesa, Valérie Fourneyron, tildó el gesto de «provocación asquerosa» y la Federación Inglesa anunció la apertura de un expediente al jugador galo.
Un gesto conocido como quenelle, que el jugador asume pero desmarcándose de las críticas y aclarando que fue en homenaje a su amigo Dieudonné, el humorista que popularizó el gesto en Francia. «No soy antisemita ni racista y asumo totalmente mi gesto», ha zanjado el asunto.
Con su celebración, Anelka al que por cierto hizo debutar con 16 años Luis Fernández en el Mónaco tomaba partido en el debate público después de que el Ministerio del Interior anunciara que estudia prohibir los espectáculos del cómico Dieudonné, al considerar que conllevan «riesgos de desórdenes públicos» por su carácter racista.
La reacción de Interior se produjo después de que el humorista, condenado en el pasado por manifestaciones racistas, como la negación del Holocausto, volviera a cargar contra algunos periodistas de origen judío en el espectáculo que representa en su propio teatro, situado en el sur de París. El WBA ha prohibido a Anelka repetirlo.
En su obra El extraño misterioso el escritor estadounidense Mark Twain ya aseveró que «la razón y la alegría no pueden convivir». Y un gol dispara la alegría. Que se lo digan al mediocampista del Servette suizo Paulo Diogo, que se abalanzó sobre el público pero por el camino se atrapó el anillo de bodas contra la valla y se desgarró la parte superior del dedo.
Celebraciones al margen, la realidad es que el fútbol inglés cierra 2013 con la Premier más apretada y disputada que se recuerda y, por si fuera poco, ayer se jugó una nueva jornada, donde destacaba el Manchester United-Tottenham, choque vital porque están empatados a 34 puntos. Eso sí, también lleva seis destituciones en menos de cinco meses, algo no conocido en esta competición en la que cada vez más mandan los dueños y no los aficionados.
No para la Premier y sí se detiene la carrera futbolística del holandés Edgar Davis, que a sus 40 años seguía en activo como jugador y entrenador de las modestas abejas; del Barnet inglés. Tomó la decisión tras ser expulsado por tercera vez en lo que va de temporada, alegando ser el blanco de los árbitros cuando le ven jugar.A qué se dedicará ahora? Quién sabe, quizá siga los pasos del calvo más famoso del fútbol francés, con permiso de Zidane. Hablamos de Fabian Barthez, aquel al que Lauren Blanc besaba la cabeza antes de cada partido con la selección.
El ex de United, Olympique de Marsella o Mónaco se retiró en 2007 y empezó su carrera como piloto de carreras de vehículos GT, y pronto participará en las 24 horas de Le Mans. Su nueva vida no es en ningún caso un giro copernicano como el de otros futbolistas. El sueco Tomas Brolin, seguro que le recuerdan, hace cameos musicales además de vender su propia marca de zapatos y aspiradoras, aunque para trabajo el de su compañero Klas Ingesson, ex del PSV y Marsella, que se metió a leñador. Andriy Shevchenko y George Weah se han dedicado a la política, mientras que el primer jugador profesional de la historia de Islandia, Albert Gudmundsson (que vistió los colores de Glasgow Rangers, Arsenal y Milan), fue ministro de Finanzas en su país y candidato a la presidencia en 1980.
El exdefensor neerlandés Arjan de Zeeuw, por su parte, se ha hecho detective en primera línea de la lucha contra el crimen en Alkmaar, y Gavin Peacock, ex del Chelsea y Newcastle, colgó las botas en 2008, emigró a Canadá para estudiar teología y asumir allí un ministerio eclesiástico. Pero si hay una historia realmente sorprendente esa es la de Craig Johnston, ex del Liverpool y Newcastle, ganador de una Copa de Europa y pionero australiano que se aventuró en el fútbol extranjero, aunque decidió retirarse a los 27 años.
Después de que un grupo de niños a los que entrenaba le dijesen que les resultaba demasiado difícil imprimir efecto a la pelota cuando llovía, Johnston se fue a casa y pegó la goma de una raqueta de ping-pong a su bota con una banda elástica, para proporcionarle más agarre, después de emplearla como analogía de cómo se debía peinar un balón. De ahí nació el primer prototipo de lo que se conocería por todo el globo como la bota Adidas Predator;. Como lo leen.
Entonces pasó a ser diseñador prácticamente a tiempo completo. Pero al cabo de tres años de trabajo y 100 bocetos todas las grandes marcas deportivas habían rechazado su propuesta, de modo que decidió pedir ayuda al Bayern de Munich. «Llamé a la puerta y Beckenbauer, Rummenigge y Breitner estaban en una reunión del consejo de administración», explicaba Johnston. «Les dije:Tienen que ayudarme, yo también soy futbolista, pruébense estas botas, vengan aquí y den unas patadas al balón;».
Después de grabar a las tres leyendas ensayando con aquel prototipo, Beckenbauer y Rummenigge enviaron un mensaje, también a través de las cámaras, a los ejecutivos de Adidas. (Adidas) lo proyectó en una pantalla grande, y los mismos que se habían reído de mí seis meses antes se levantaron y se pusieron a aplaudir». Y se cerró un trato allí mismo, en ese momento. Su creación se ha convertido en la bota más vendida de todos los tiempos.
Con botines como esos se siguen marcando goles porque la mayoría de campeonatos domésticos se reanudan de nuevo, excepto una Bundesliga que no regresará hasta el 24 de enero tras su habitual parón invernal. También en la Ligue 1 habrá que aguardar hasta la próxima semana para contemplar la triunfal marcha del PSG, lo mismo que para asistir al clásico entre Benfica y Porto, empatados a puntos en la cabeza junto al Sponting, en la Liga Sagres. De igual modo no será hasta mediados de mes cuando la Eredivise retome el pulso con otro duelo tradicional, el Ajax-PSV.
Así que si hay que rastrear encuentros que descollen sobre los demás no podemos pasar por alto el duelo este domingo entre los dos primeros clasificados de la Serie A, un Juventus-Roma, con cinco puntos de separación, que puede resultar determinante. Que el fútbol no pare, no pare...