J.BASTERRA

La demanda contra Arcelor Mittal por amianto queda vista para sentencia

La vista judicial de la demanda de daños y perjuicios por el cáncer de pulmón que sufre el trabajador F.C. quedó vista para sentencia. Existía ya una condena previa contra la multinacional por la falta de prevención, lo que provocó que se considere enfermedad profesional derivada del amianto. Sin embargo, en la demanda de ayer, la discusión se centró si ese cáncer por amianto también se ha agudizado por la condición de fumador del trabajador.

El abogado de la siderúrgica planteó una reducción del 50% de la petición económica del afectado, que se situó en casi 138.000 euros.

F.C. padece un cáncer de pulmón como consecuencia de su trabajo de electricista en Arcelor Mittal. Trabajó entre los años 1964 y 1972. Comenzó a prestar sus servicios en la empresa Siderúrgica Aristrain -antes José María Aristrain-, como aprendiz y, posteriormente, como electricista. Después pasó a denominarse Arcelor MIttal.

Según explicó Nuria Busto, abogada de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie), el 17 febrero 2011 le diagnosticaron una «neoplasia de pulmón». Cuenta con la declaración de incapacidad permanente absoluta derivada de la enfermedad profesional, que reconoció la Seguridad Social de Gipuzkoa en marzo de 2012. Durante el periodo en que el trabajador prestó servicios en la mercantil estuvo expuesto a amianto, según explicaron ayer durante el juicio, aspecto que el abogado de la empresa admitió ante las sentencia existentes.

Cables y chapas de amianto

F.C. realizaba «reparaciones de los hornos de arco eléctrico, eliminando restos de aislamiento de amianto que quedaba sobre los cables quemados o deteriorados y colocando un nuevo cableado que iba desnudo, y después encintaba con cinta de amianto».

Según explicó Asviamie, la eliminación de los aislamientos «la realizaba rascando con cuchillo o arrancando con las manos. La cinta de amianto para volver a aislar los cables se cortaba según las necesidades con cuchillo» y, además, «las bandejas donde iban los cables eléctricos las cubría con placas de amianto. Las placas de amianto se taladraban para sujetarla sobre los cables».

Hacia 1970 los tres hornos de arco se cambiaron por un horno de arco eléctrico de mayor capacidad, «el cableado de este horno también era desnudo y se cubría con amianto».

En el área de laminación «realizaba reparaciones de hornos de calentamiento y de las estufas de cilindros, donde las resistencias y los cierres de tapa contra tapa iban con amianto, igual que las paredes internas».