Pablo CABEZA BILBO

La Velvet Underground celebra los 45 años de «White light/White heat»

Ante el continúo derretimiento de la industria discográfica, que vive su particular cambio climático, las multinacionales tiran de fondo de catálogo reeditando discos que en el pasado fueron mediáticos, populares, excepcionales o fracasos temporales que el tiempo rescata, como el caso de «White light/White heat», de la Velvet Underground, álbum que cumple cuarenta y cinco años y que continúa siendo referencia para cientos de formaciones.

La Velvet Underground se forma en Nueva York en 1964 bajo la complicidad de Lou Reed y John Cale. El galés Cale se traslada a EEUU becado para estudiar música clásica. Previamente había trabajado para compositores como Cornelius Cardew y el minimalista La Monte Young, ambos músicos vanguardistas, experimentales y apasionados de la improvisación.

No obstante a Cale también le tira el rock, así que no le importa probar, en especial si tiene por compañero a un tal Lou Reed, a quien también le gusta la improvisación y la ruptura.

El primer grupo de ambos fue The Primitives, una propuesta liviana para lo que deseaba la pareja, así que toca reclutar componentes. Reed opta por llamar a Sterling Morrison, un antiguo compañero de la universidad de Syracuse con el que ya había tenido alguna experiencia musical amateur. A la historia se les une el gris batería Angus McLise, sin más cualidades que ser vecino. De aquí nace The Warlocks, posteriormente llamados The Falling Spikes. Por esta época se conciben títulos como «Venus in furs», «All tomorrow's parties», «Heroin» y otros títulos que tiempo después pasan a formar parte del repertorio de la Velvet.

Tras el abandono de McLise entra en la formación Maureen Tucker (hoy en el Tea Party), hermana de James Tucker a quien Reed conoce en la universidad y que fue el que le da a conocer el libro «The velvet underground», de Michael Leight, y que trata sobre el lado oscuro del sexo en los sesenta, el lado subterráneo del placer, el sadomasoquismo... El nombre y el contenido le sugieren a Reed, así que ese libro, que Tucker encuentra abandonado en la calle, tuvo consecuencias.

La Factoría

The Velvet Underground consigue ser la banda residente del Café Bizarre. Como cabe esperar la experiencia no puede acabar muy bien, dado el repertorio general del grupo y las pretensiones conceptuales de la banda, así que están en la calle a la de unos días. Sin embargo, el director de cine Paul Morrissey, que rodaba en colaboración con Andy Warhol en la Factory y que tomaba casi siempre a Joe Dallesandro (modelo y actor que no tenía reparos en mostrase en pelotas hasta convertirse en símbolo sexual del underground de los sesenta y setenta), le sugiere a Warhol que vaya al club a ver al grupo. La pareja se presenta dos días antes de que les echen. Warhol queda prendado por la música, las letras y la imagen y se convierte en su mánager.

La primera faena que les plantea es imponerles a Nico, modelo alemana, para su primer disco. Reed y Cale no están de acuerdo, pero acceden para poder dar un paso definitivo. Y aciertan.

Tras la ruptura con Warhol The Velvet Underground graba «White light/White heat». En California todavía se interpreta el modelo cálido del jipismo, en Nueva York está la Velvet reinventando el ruido, la distorsión, la improvisación, los textos tan turbios como explícitos, diferentes...

En vida, La Velvet no es rentable, demasiado atrevimiento, pero con los años toda la discografía del grupo va tomando cuerpo y adeptos, convirtiéndose en referencia musical y literaria de numerosos músicos.

Disco con material adicional

«White light/White heat» no es el disco adecuado para oídos acolchados, pero resulta fascinante si el ruido, las distorsiones, el mantra rock... son líneas musicales culturizadas dentro de la mente. En su segundo álbum, la Velvet Underground se desmadra, Reed recorre el mástil como si fuera Jimi Hendrix, pero más sucio y tosco. La distorsión es el aceite de los seis temas, con «Sister Ray» como sinfonía eterna a lo largo de sus más de quince minutos y de las teclas de Cale en primer plano, innovación, más un Reed orático electrocutado por su guitarra. .