Agustín GOIKOETXEA BILBO
MEMORIA HISTÓRICA

Azkuna desea acoger en una «galería interpretativa» los retratos franquistas

Iñaki Azkuna no está dispuesto a cumplir la Ley de Memoria Histórica, a pesar de que un informe del Ejecutivo de Lakua y Eudel insta desde octubre de 2012 a ello. En su afán por mantener los retratos de sus antecesores franquistas, el primer edil propuso ayer la creación de una «galería interpretativa de Bilbao desde sus alcaldes». EH Bildu mostró su decepción ante la «reiterada negativa» del PNV por borrar todos los vestigios de la dictadura que aún perviven.

No es nuevo, pero los datos publicados por GARA sobre el mantenimiento de honores y distinciones a destacados dirigentes franquistas, y la presentación de una moción al respecto por parte de EH Bildu, ha dejado al descubierto cierta pasividad del alcalde de Bilbo hacia los vestigios de la dictadura. En vez de reconocer tal hecho, Iñaki Azkuna anunció que no tenía intención de «quitar ni un cuadro» de los alcaldes franquistas del Ayuntamiento porque «hay que respetar la historia, aunque moleste», y cargó contra la coalición soberanista.

Esas declaraciones no dejaron indiferentes a nadie. Desde el jueves se han sucedido las reacciones a favor y en contra de la postura del primer edil. Y ayer su hombre de confianza, el director del Gabinete de Alcaldía, se presentó con un informe encargado a los catedráticos Joseba Agirreazkuenaga y Mikel Urquijo -quienes mantienen una estrecha y larga relación con el Consistorio- con el que el Gobierno Azkuna pretende saltarse la Ley de Memoria Histórica.

En el dictamen recomendatorio redactado por una comisión técnica del Ejecutivo de Lakua y Eudel, en octubre de 2012, se planteó la retirada «si los cuadros se encontrasen en lugares destacados», como es el caso de los ubicados en los pasillos de la planta noble del edicio consistorial. La única matización sería, según se recoge en el documento, que por su valor histórico o artístico -que no es el caso- se podrían mantener con una placa explicativa, «objetiva, en la que se informase que se trata de una persona que ocupó, de manera ilegítima, un cargo público en época de la dictadura».

Para justificar su mantenimiento desde el Gobierno municipal, valiéndose del informe que ha encargado a los profesores de la UPV-EHU, se dice que los retratos no muestran símbolos franquistas habituales ni uniformes falangistas. Aunque la polémica galería se promovió en 1967 por parte de un destacado fascista, quien fue alcalde Javier Ybarra y Bergé, llegan a decir sus autores que su finalidad era «histórica y memorialista», poniendo otros ejemplos en distintas instituciones universitarias y religiosas de la época.

Rescatados en 1986

Fuera o no ese el objetivo de su promotor, lo cierto es que con la llegada de las corporaciones democráticas los retratos desaparecieron y fueron rescatados en 1986 del camarote.

La petición de EH Bildu de que se retiren no es nueva, al igual que ocurre con otros elementos de simbología fascista que perviven gracias a la actitud del alcalde. Ya lo hicieron hace un año y el equipo de gobierno zanjó el debate con una rotunda negativa. Entonces, la plataforma Lau Haizetara Gogoan decidió denunciar en los juzgados a Iñaki Azkuna por hacer exaltación del franquismo. Quedan pocas semanas para que se conozca el veredicto del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo

En ese contexto, el Gobierno municipal propuso a los grupos políticos alcanzar un acuerdo, a partir del que se plantearía una hipotética retirada de los cuadros. En vez de cumplir la ley, como esgrime en otras actuaciones, Azkuna estaría dispuesto a integrar los retratos de sus antecesores franquistas en una nueva galería que denomina «interpretativa de Bilbao desde sus alcaldes».

Se trataría de unas dependencias por determinar en las que, a través de cuadros y paneles, se explicaría «la evolución del poder político a través de los alcaldes y concejales de los sucesivos periodos». «En lugar de esconder la historia proponemos explicarla», defienden los catedráticos. Incluirían el periodo franquista, para diluirlo con el resto de primeros ediles. Joseba Agirreazkuenaga y Mikel Urquijo, que coordinaron un diccionario biográfico de alcaldes, mantienen un tono acrítico respecto a los dirigentes franquistas, al igual que hicieron en el tercer tomo de esa obra.

Para la portavoz de EH Bildu, Aitziber Ibaibarriaga, la propuesta que defendió Andoni Aldekoa causa «decepción», pues supone incumplir la Ley de Memoria Histórica y obviar las recomendaciones de Lakua y Eudel. La edil, que llegó a proponer al delegado de Alcaldía la retirada de la moción si el Gobierno municipal se comprometía a retirar la galería en el plazo de un mes, exigió el cumplimiento de la ley como paso previo a un futuro consenso sobre el destino de los cuadros.

«Es una excusa»

Ibaibarriaga criticó que Aldekoa presentase un nuevo informe sobre la galería de alcaldes -en el que se obvían otros símbolos fascistas muy cuestionados- en contraposición al dictamen remitido por Lakua y Eudel a todos los consistorios de la CAV, incluido el de la capital vizcaina, al objeto de defender la postura de Azkuna sobre los retratos. Ese nuevo documento es, a su juicio, una «excusa» para no cumplir el dictamen técnico.

La corporativa puso en duda que una interpretación «personal» de los dos profesores universitarios tenga más peso que la propia ley o los dictámenes previos de Lakua y Eudel. Por ello, instó al Gobierno municipal a que «aparquen las excusas y cumplan la ley».

Así y todo, y en aras al consenso, al ser un tema de «especial importancia» y situarse «por encima de la dinámica partidista», la portavoz de EH Bildu se mostró dispuesta a retirar la moción si el equipo de gobierno se compromete a retirar la cuestionada galería en un periodo no superior al mes, propuesta que se mantendrá vigente hasta la fecha del pleno, 27 de febrero.

Ibaibarriaga duda de que la postura de Azkuna en esta cuestión sea compartidas por el resto de ediles jeltzales. Por ello, pedirá al secretario del pleno que la votación del punto sea nominal con el fin de que cada concejal emita su propio voto.

Para tratar de que el alcalde mantenga su postura, la portavoz del PP dijo ayer que duda de si el PNV le apoyará en su negativa a retirar los retratos. La presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, aseguró el domingo en ``El Correo'' que no iba a forzar a Azkuna, pero apostilló que ella no ubicaría esos retratos «al mismo nivel ni en el mismo pasillo de los cuadros de los alcaldes de periodos democráticos».

«En algunos temas, Azkuna marca la impronta del discurso del PNV en Bilbao, pero en este caso, la duda es si cuando se debata prevalecerá la posición sensata y razonable de Azkuna y si estará acompañado por el PNV», declaró Cristina Ruiz.

Se estudiará por qué fueron concedidas las medallas y las fascistas se revocarán

Al margen de los cuadros de los alcaldes, en los que se ha centrado principalmente el interés mediático, el Consistorio bilbaino mantiene 502 medallas y honores otorgados desde el 19 de junio de 1937 hasta abril de 1979. En su mayoría les fueron concedidas a destacados dirigentes fascistas y militares que se sublevaron contra la legalidad establecida, además de a afines al régimen de Francisco Franco que colaboraron en la persecución de aquellos que defendían la democracia.

Según aseguró ayer el director del Gabinete de Alcaldía, Andoni Aldekoa, la intención del Gobierno municipal es estudiar las razones por las que fueron concedidas estas distinciones, y si lo fueron por su adhesión o colaboración con la dictadura, proceder a su revocación. En principio, esta decisión debiera adoptarse por acuerdo plenario, ya que fueron las Corporaciones franquistas las que las concedieron.

En total, según consta del análisis de las actas, se otorgaron 57 medallas de oro, 29 de plata y 427 de bronce, además de nombrar tres hijos predilectos, cinco adoptivos y un alcalde honorario en ese periodo, de las que solo fueron revocadas veinte por el Pleno, en mayo de 2001, por iniciativa de PNV y EA.

Entre los galardonados hay 192 militares, de ellos 37 altos mandos como Fidel Dávila Arrondo, José López Pinto, Camilo Alonso Vega, Alfredo Kindelan, Manuel Moreu Figueroa, Carlos Martínez Campos, Julio Pérez Salas, José Vallspin, Eduardo Gortazar Moronati y Alberto Alcalá Galiano; y alcaldes y concejales, como fueron José María Areilza, José Félix Lequerica, José María Oriol Urquijo, Joaquín Zugazagoitia Azcorra, Lorenzo Hurtado de Saracho Arregui, Javier Ybarra Bergé, Alfonso Churruca Zubiria, José Bilbao Azcorra...

También tienen medalla los ministros Esteban Bilbao Eguia, Blas Pérez González, Eduardo González Gallarza, Jorge Vigón Suerodíaz, Federico Silva Muñoz, Manuel Lora Tamayo, Fernando María Castiella Maiz, José Luis Villar Palasó, Gregorio López Bravo y Luis Carrero Blanco, o los gobernadores civiles Miguel Ganuza del Riego, Rodrigo Vivar Téllez, Genaro Riestra Díaz y Antonio Ibáñez Freire. Sin olvidar a dirigentes de Falange como Felipe Sanz Paracuellos, Mercedes Larrazabal Arancibia y José María Oriol. Asimismo, se otorgaron distinciones a tres altos cargos administrativos del régimen, como eran Ignacio Menchacatorre Díaz de Mendibil, José Posse Villelga y Pedro Areitio Rodrigo. A.G.