Que el Barcelona no se conforme con ganar y arrase con sus rivales se ha convertido en un hábito en los últimos años. Pero el paseíllo triunfal del que muchos han considerado el mejor equipo de la historia parece ir tocando a su fin. Los tropiezos y las dudas, hasta ahora una anomalía, intentan hacerse hueco en el día a día culé.

También es lo habitual -y lo lógico porque de ahí viene precisamente su situación en la tabla- que los primeros clasificados ganen sus compromisos con los equipos de la zona baja de la clasificación. Pero también aquí se dan las anomalías. Y Osasuna esta temporada es una de ellas. No en vano el equipo rojillo es, de momento, el único que ha conseguido puntuar contra los tres mejores equipos de Primera. Empezó su particular relación con derrota en el Calderón (2-1), pero tres semanas después se dio ya el primer alegrón de la temporada al empatar con el Barcelona (0-0). También saldó con tablas la visita del Real Madrid a Iruñea (2-2) y hace apenas tres jornadas se sacó la espinita contra los colchoneros a lo grande (3-0). Cierto que los tres choques en positivo se han disputado en el Sadar y que el único a domicilio ha acabado con derrota osasunista, pero en esas u otras circunstancias, ningún otro equipo lo ha logrado todavía.

Esas anomalías quiere explotarlas Osasuna el domingo en el Camp Nou. Un estadio que se visita con respeto pero no con temor. Y menos aún en este momento que, en opinión de Roberto Torres, puede ser «el mejor para enfrentarnos al Barcelona. Siempre es un rival que te deja muy pocas opciones, sabemos que vamos a pasarlo mal como siempre que juegas contra rivales de esa calidad», admitió pero recordó que «si estudiamos al rival como lo hicimos en la primera vuelta y como hacemos siempre, se les puede hacer daño. Y más en este momento que no está bien ni en el campo ni fuera del campo». El centrocampista navarro es de los que cree que «si vamos pensando que vamos a perder, casi mejor que nos quedemos en casa. Nosotros sabemos que hacemos muchas cosas bien. En casa ya hicimos muchas cosas bien y no consiguieron ganarnos y por mucho que juguemos en su campo, nadie puede decir que vayan a ganar antes de jugar el partido. Todos tenemos que ser optimistas por lo menos hasta que acabe el partido».

Las lecturas del tropiezo

Un optimismo que no se tambalea pese a la derrota frente al Málaga. Que en cierto modo también supuso una anomalía, en este caso a evitar, porque, pese a que el cuadro andaluz «jugó muy bien sus bazas», Osasuna «hizo muchas cosas bien» y disfrutó de «oportunidades como para haber ganado». «Nos ha puesto el míster el vídeo de todas las ocasiones que tuvimos -explicó Torres- y la verdad es que nos llevamos las manos a la cabeza ante tantas ocasiones y tan claras como no tenemos casi nunca y que no entrara ninguna. Y el día del Atlético, por poner un ejemplo, con tres ocasiones que igual no fueron ni cuatro, metimos tres goles y nos llevamos el partido. El día que no quiere entrar, por muy claras que sean, no entran. No hay que darle más vueltas, otro día pasará al revés».

Insistía, en este sentido, el futbolista rojillo en que «hicimos muchas cosas bien» ante el Málaga, por lo que abogaba por «pensar en positivo. El equipo hizo méritos suficientes para ganar y esa suerte que el otro día nos dio la espalda otro día nos dio la cara».

Suele resultar peligroso, de todos modos, referirse en exceso a la fortuna tras tropezar y por eso Torres reconocía también que «no podemos usarla como excusa» y que «cometimos errores puntuales», que el rival supo aprovechar. También una carencia, no tan puntual, que pasa por la imposibilidad del equipo de remontar un resultado adverso. «Es verdad y es algo que hemos comentado, que siempre que nos ponemos por detrás no somos capaces de remontar. Nos entran las prisas por querer meter el segundo gol antes del primero -ejemplificó-. El otro día también. Además, nos vimos pronto con un jugador más, nos vimos con muchas posibilidades y quizá eso nos hizo jugar con ansiedad y no tener la paciencia que hace falta para meter un gol».

Ansiedad que también ha podido afectar a los rojillos en los partidos que le han ofrecido la opción de dar un salto en la tabla. «Es verdad que cuando tenemos la posibilidad de escalar algún puesto y mirar la clasificación con otra tranquilidad, se ha visto que no somos capaces -admitió el centrocampista-. No sé por qué, quizá tenerlo en mente nos ha puesto más nerviosos. Pero contra el Málaga ya se vio que no era que estuviéramos muertos, que no tuviéramos oportunidades o que no diéramos señales de vida. Todo lo contrario, creo que estamos demostrando que contra cualquier rival somos capaces de ganar, de empatar o por lo menos de plantar cara».