Jon ORMAZABAL
TIRRENO ADRIÁTICO

Contador recupera su mejor versión

Valiente y con un golpe de pedal muy fresco, logró su segunda victoria de etapa y el liderato tras atacar a 32 kilómetros de meta.

A la gesta de Alberto Contador de ayer en Lanciano solo le faltó el lustre de haberla realizado en una vuelta grande para ser recordada como una de sus más espectaculares, algo que en un corredor con dos Tours, un Giro y dos Vueltas en su palmarés, es mucho decir. El ciclista madrileño consiguió su segunda victoria consecutiva en la Tirreno-Adriático, se hizo con el liderato y dejó muy encarrilada la victoria final, pero la forma en la que lo consiguió eclipsó todos estos importantes logros.

Con todos los favoritos reservándose para el infernal muro de Guardiagrele, con rampas de hasta el 30% donde mantener la verticalidad ya era un triunfo, Alberto Contador decidió reventar la carrera mucho antes, a falta de 32 kilómetros, en el Passo Lanciano. Siguiendo un ataque de Igor Antón, que quiso dinamitar la carrera para Nairo Quintana, el ciclista del Saxo abandonó la disciplina del gran grupo, en el que el líder Kwiatkowski ya había dado las primeras señales de que denfender la primera posición le iba a resultar imposible ayer -cedió 6:03-.

El ciclista colombiano del Movistar tampoco fue capaz de seguir el ritmo impuesto por Contador, que decidió tomar el riesgo de afrontar la última treintena de kilómetros en solitario, hasta alcanzar al grupo de escapados, que llevaban en cabeza de carrera prácticamente desde la línea de salida.

King (Garmin), Geschke (Giant-Shimano), De la Cruz (NetApp) y Hansen (Lotto-Belisol) fueron los que más aguantaron, llegando a pie de la última muralla junto al de Pinto.

También la etapa

El estadounidense King fue el que primero trató de lanzar un ataque que le diera el triunfo parcial, lo hizo unos pocos metros antes de que empezaran las rampas más duras, en las que todos tuvieron que zigzaguear y el del Garmin se quedó atascado, sin poder avanzar.

El propio Contador también sufrió en una rampa en la que era complicado avanzar en línea recta, hasta el punto que Simon Geschke se le acercó mucho, pero el madrileño no estaba dispuesto a concederle la victoria de etapa y volvió a despegárselo para poder disfrutar de una de sus victorias más bonitas y épicas de su carrera.