Ese poquito más que se echa de menos
Con el regreso de Raúl Neto, los donostiarras llevaron la iniciativa hasta el final del tercer período, pero el Joventut apretó demasiado en la parte decisiva.

JOVENTUT 76
GIPUZKOA BASKET 65
Cuando se pierde, siempre hay algo que falta o que se echa de menos. Hubieran podido ser los minutos de Motos o Winchester, ya que Raúl Neto sí que pudo volver a jugar -y a buen nivel-. Hubieran podido ser más triples que los 9 de 25 que cosecharon los donostiarras -10 de 27 por los locales-, o quizás no ceder 15 rebotes en ataque. O tal vez no encajar un parcial de 20-11 en el último cuarto, después de dominar el juego y el marcador durante casi 30 minutos.
Salvo la paliza recibida la pasada temporada, Gipuzkoa Basket acostumbra a hacer buenos partidos en Badalona, gane o pierda, y ayer no fue una excepción. Con los bríos renovados con el regreso de Raúl Neto y el magnífico partido de Jason Robinson, los de Sito Alonso dieron un nivel muy bueno durante tres cuartas partes del partido, olvidado ya el bajón padecido ante Unicaja. Sin embargo, en el último período la Penya, que sigue inmersa en la pelea por meterse entre los ocho primeros y llegar a los play offs por el título, apretó un poco más en retaguardia, y Gipuzkoa Basket se quedó sin suministro de puntos ni de jugadas, y para cuando volvieron a encontrar la forma de encestar, el duelo estaba absolutamente roto.
Banquillo y secundarios
Ese «poco más» que GBC echó de menos sí que estuvo presente entre los recursos de la Penya. Por un lado, Albert Ventura logró, con 15 puntos, su tope anotador desde que debutara en la ACB. El joven canterano no es un proyecto brillante como pudiera ser Guillem Vives u otros que aguardan en el filial como Alberto Abalde o Nikolic, pero es de esos jugadores que saben lo que hay que hacer y lo hacen.
Cuando la defensa de Raúl Neto buscaba detener a Vives, o cuando Kortaberria se convertía en Dikembe Mutombo clavando hasta tres tapones casi seguidos, el escolta del bressol impedía que los ánimos verdinegros decayeran: un triple aquí, una penetración allá, un rebote o un robo como quien no quiere la cosa... Aunque los donostiarras consiguieran mantener siempre la iniciativa en el marcador, la labor oscura de Ventura hallaba el premio de ejercer de amarre para que los suyos aguardaran al acecho mientras sus estrellas afilaban los sables.
Y por otro lado, el banquillo. Si Kortaberria aportaba tres puntos, tres rebotes y tres tapones y Will Hanley cuatro puntos y cinco rebotes, la Penya conseguía igualarlo y superarlo por un poquitín. Si Doblas conseguía neutralizar a Savané, aparecía Miralles para sacarle a su excompañero una jugada de canasta y falta, o emergía Kirksay impidiendo con un tapón que el de Pedreña se colgase. O bien Cochran, ante un Vives algo apagado respecto a la primera vuelta, sacaba un par de tiros certeros y pases de canasta para dar aire puro y necesario para los de Salva Maldonado. Todos esos recursos aguantaban a la Penya, pese a los buenos minutos de rivales como Ramsdell o Salgado, o la fuerza reboteadora de Doblas. Al arrancar el cuarto período, el Joventut tomaba una leve ventaja por 56-54.
Tapón y triple decisivo
Ese 56-54 llegaba tras un parcial de 4-0, un parcial que acabó estirándose a un 10-0, 62-54, después de que Devoe Joseph clavara un triple y Sitapha Savané, aprovechádose de una gran asistencia de Kirksay en penetración, consiguiera el «dos más uno» sobre Doblas.
Los de Sito Alonso no conseguían anotar ante el brío defensivo local, brío al que contribuyó Llovet dando minutos esenciales de refresco, tanto en defensa como al rebote, atreviéndose incluso con un triple certero que ponía las cosas casi imposibles para los visitantes.
Pero la puntilla llegaría de la mano de Devoe Joseph. Primero Savané le clavó un taponazo a Hanley, y Cochran, en transición, pasó hacia la esquina derecha para que Devoe Joseph se la jugara de tres. Bingo: 69-58 en el marcador a cuatro minutos y medio y tiempo muerto a la desesperada de Sito Alonso.
El tiempo restante fue un ejercicio de querer y no poder, jalonado por una canasta verdinegra sobre la bocina. No cuajó un mal partido Gipuzkoa Basket, pero le faltó un poco, unos escasos detalles que se echaron de menos, pero que ejercieron de diferencia entre la victoria y la derrota en Badalona.
«Pese a hacer buenos ataques, no acertamos en el momento cumbre»
Pese a perder, Sito Alonso estaba más o menos conforme. Los fallos en tiros claros en los «momentos cumbre» y la aportación inesperada de Llovet o Ventura jalonaron su análisis.
«Pese a la diferencia, hicimos un muy buen partido. Controlamos el ritmo durante muchos minutos pero, en el momento cumbre, no hemos acertado tras hacer buenos ataques», explicaba.
«Debíamos hacer las cosas perfectas y estar con confianza en los tiros que realizamos solos. Ellos han aguantado con tres triples de Ventura y con el trabajo de Llovet, ahí nos han superado», dijo el de Monzón. A. G.

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