Hace tiempo que estaba con la idea de tener el recuerdo de cuánto tiempo pasé en la guerra y en qué frentes, así que voy a dar algunos datos. Yo me enrolé en el batallón Irrintzi del Partido Nacionalista Vasco, nos fuimos al frente que estaba en Eibar. Nos llevaron a un sitio llamado Akondia para hacer prácticas y días después fuimos al frente. Pasabamos los días como s epodía hasta que llegó el día trágico en que bombardearon Gerkina. Ese días tuvimos que retirarnos con todas las máquinas que teníamos. Caminamos varias horas hasta que llegamos a Gernika con los pies doloridos. Fue terrible lo que vimos, los muertos que había en el suelo y las casas cómo se derrumbaban. Yo conversaba con el teniente de mi comparñía. Una mañana me llamó y me dijo: `no te expongas, la guerra está perdida'. Y yo le contesté: `hace tiempo que lo sabía'. Cayó la ciudad y nos retiramos para Santander. Llegamos a Castro Urdiales donde había miles de refugiados. Allí entraron las tropas de Franco y todos quedamos prisioneros».

Este testimonio es un fragmento del texto que José Salcedo Molinuevo, un gudari vizcaíno exiliado a Perú, escribió algo menos de dos años antes de morir en 2012. Este texto y una imagen del film de Julio Medem «La pelota vasca» fueron el germen de un documental que está a punto de culminar su rodaje. «Aita» será la tercera película de Chema Salcedo, el hijo del gudari que inspira esta historia que mezcla recuerdos y ficción.

Chema Salcedo es un popular periodista de Perú que conduce los programas «Rotativa del Aire» y «Ampliación del Domingo», en la radio RPP, y -Chema a las once- en el Canal 10 de televisión. Tras rodar dos documentales, «Amazónico soy» y «Asháninka» se ha decidido a contar una historia que le toca de cerca, la historia de su padre y de su tierra. «Vivo en Lima desde los cuatro años pero mis padres eran vascos, mi pasado es vasco. Mi apellido se remonta a hace 500 años. No hablo euskara, pero soy vasco», afirmó.

Un día José Salcedo, su enfermera Herlinda Ludeña y Chema Salcedo vieron la película de Julio Medem «La pelota vasca», y al hijo le pareció que en una de las imágenes antiguas había un hombre que se parecía a su padre. Aún hoy siguen teniendo dudas de si era él. Sin embargo, ese momento en que se sentaron para ver la película está registrado; Chema decidió que quería tomar algunas imágenes de su padre. Poco después José se armó de papel y boli y escribió un texto en el que relataba los recuerdos de sus tiempos como gudari, un resumen de las historias que le contaba a su hijo desde pequeño. Entonces, a Chema se le ocurrió unir las imágenes grabadas y el texto de su padre en un documental que comenzó a tomar forma en 2013 (casi un año después del fallecimiento de José).

Chema se hizo con varias imágenes históricas que junto al escrito de su padre forman un relato verídico en primera persona, al que lo único que le falta son los escenarios reales. Para ello Chema viajó a Euskal Herria y rodó una parte de la película. Visitó la casa en la que nació, en el barrio de Zorrotza en Bilbo así como Trapagaran y su cementerio, donde hay enterrados muchos gudaris del mismo batallón que su padre. En esta primera visita también rodó una escena con el escritor Kirmen Uribe. «Estuvo en Perú presentando su novela «Bilbao-New York-Bilbao» y allí lo conocí. Él tiene un poema que narra el encuentro navideño entre dos vascos en el monte Kalamua; un gudari y uno del bando sublevado, que decretan un alto al fuego para ese día. Por eso decidí rodar un fragmento con él leyendo ese poema. La mayoría de vascos estaban de nuestra parte, pero también había contrarios y no quiero omitirlos en la historia», nos explicó el periodista.

A su regreso a Perú rodó otras imágenes emotivas como el relato de la enfermera Helinda Ludeña. «Mi padre quería que le enterraran con una ikurriña tapando su ataúd, pero a mi se me olvidó comprarla, así que la enfermera buscó telas y mandó hacerla para cumplir su sueño. En la película reconstruye ese momento y va a comprar otra vez las telas y se ve cómo cosen la ikurriña», comentó el director.

La última fase del rodaje tuvo lugar ayer en Eibar y Bilbo, y corresponde a la parte ficcionada de la película. Por la mañana el equipo subió al monte Akondia, en el mazizo de Arrate, donde José practicó su formación hasta que tuvieron que acudir al combate. Allí hay una especie de cueva que era en realidad un refugio. Para poder unir pasado y presente, Chema realizó un cásting y eligió al joven de Lezama Aketza Alberdi para interpretar a su padre con veinte años, la época en la que luchó en el frente. Así han podido rodar una escena -que sucedería en un sueño de Chema- en la que el padre sale de su refugio para hablar con su futuro hijo. «Los gudaris no eran soldados, eran voluntarios. Sabían poco de lucha y sus vestimentas no eran uniformes. Hemos vestido al actor como se solían vestir», afirmó el periodista.

Ya por la tarde acudieron a Bilbo; primero a la calle Licenciado Pozas, donde, como buenos seguidores del Athletic, se pusieron bufandas rojiblancas, y después a San Mamés, a ver el partido de su aquipo contra el Getafe. «Mi aita era del Athletic y yo también. Los dos hemos estado en San Mamés para ver un partido, pero nunca juntos. Así que en esa escena mi aita de joven ve un partido en la actualidad junto a mí», dijo describiendo esa escena onírica.

Aunque sea una historia partícular «Aita» es aplicable a todas esas personas que arriesgaron su vida o la perdieron durante la Guerra del 36. Por eso, y a pesar de su formato de película para la televisión, tratarán de darle la mayor difusión posible.

Prevén terminar la edición en mayo y poder así estrenar la cinta el 24 de junio. El representante de Chema en Euskal Herria y miembro de Emprebask Perú, Aitor Bilbao, está tramitando los acuerdos con EiTB mientras que el propio director gestiona lo mismo con la cadena peruana Canal 10, en la que trabaja.

Asimismo, enviarán una copia a cada Euskal Etxea. Chema Salcedo cerrará así el circulo que una vez comenzó en Bizkaia y viajó por obligación a Perú. La historia regresa a donde comenzó.