El culebrón de Bilbao Basket está llegando a su punto más álgido y ahora es cuestión de que la plantilla diga si se mantiene en huelga o si decide desconvocarla y juega en Barcelona. Los hombres de negro declararán sobre su posición esta tarde, después de que durante la mañana de ayer el plantel estuviera reunido con Iñaki Calvo.

En nombre de la nueva directiva, que aprovechaba que al fin tiene las manos libres para maniobrar, los jugadores recibían una oferta económica, mientras que, por otro lado, los empleados del club bilbaino también veían cómo se ingresaban en sus cuentas las nóminas que el club les adeudaba.

Según diversos medios de comunicación, la propuesta no se basaba en una inyección de dinero contante y sonante, sino mediante pagarés -algo denominable como «un gesto económico»-, algo que los jugadores van a desvelar si es suficiente o no, ya que al menos solicitaban el pago de una nómina para poder retomar cierta normalidad y no convocar una huelga que Iñaki Calvo definía como «la defunción» de Bilbao Basket.

La última vez que los conceptos «pagaré» y «Bilbao Basket» se unieron en la misma frase, no salió nada bien, ya que se trató del primer pago del patrocinio de Uxue a la escuadra bilbaina. Esta no llegó a buen puerto y Uxue desaparecía tal como vino, pero dejando a los hombres de negro casi a los pies de los caballos, siendo entonces la Diputación de Bizkaia quien lo salvó.

AUPA Bilbao Basket

Esta compensación mediante un pagaré supone, una vez más, ganar tiempo ante una plantilla agotada por esta dilación de su cobro, ya que a algunos se le adeudan hasta ocho meses. Pero la cuestión es que, mientras se prepara el llamado a una Junta Extraordinaria de Accionistas, los nuevos rectores precisan de ese lapso para la solicitud de la mencionada línea de crédito para tratar de pagarles.

Y en el ínterin, se constituía ayer la Asociacion Unida de Pequeños Accionistas del Bilbao Basket -AUPA Bilbao Basket-, un grupo de pequeños accionistas que, a la espera de la nueva Junta, aspira a hacer realidad la idea de la «atomización» de las acciones de Gorka Arrinda, tal y como demandaba el nuevo grupo gestor de un Bilbao Basket que vive entre la zozobra y la esperanza esta larga semana.