Arnaitz GORRITI
Gipuzkoa Basket cae en Fuenlabrada

Se fue la perfección y la buena racha

El cuadro donostiarra empezó dominando, pero Feldeine sostuvo al Fuenlabrada. Andy Panko y Cabezas remataban tras el descanso.

FUENLABRADA 81

GIPUZKOA BASKET 67

Se acabó la buena racha de victorias de Gipuzkoa Basket. Siempre es difícil imponerse en la cancha del Fuenlabrada, y aún lo es más para el cuadro donostiarra cuando no todas sus piezas rayan un gran nivel. Los de Sito Alonso llevaron la iniciativa durante la primera mitad, gracias a muy buen partido de Ramsdell y Doblas, pero cuando los madrileños cerraron su defensa sobre ellos no hubo quien acudiera a tomar el relevo anotador. Mientras, Feldeine y Paunic mantuvieron a los locales en sus peores momentos, y entre Cabezas y Panko remataron.

El propio Sito Alonso gusta de decir que «cuando no hacemos las cosas perfectas, nos es mucho más difícil competir ante nadie. Cuando las hacemos, podemos ganar a cualquiera». El partido del Fernando Martín terminó siendo un ejemplo resumido de las palabras del técnico de Monzón. El planteamiento del partido fue perfecto por parte guipuzcoana, con numerosas jugadas que terminaban con lanzamientos librados que Ramsdell anotaba, o bien balones al poste bajo para que Doblas hiciera gala de sus habilidades. Eso y un arranque tirando a frío de los de Luis Casimiro produjo una breve escapada donostiarra, que se vieron con ventajas cercanas a la decena, y sin que Panko entrara en juego.

Pero el Fuenlabrada encontró en Feldeine y uno de los ex de GBC, Ivan Paunic, el necesario sostén. Gracias a sus puntos, el conjunto madrileño aguantaba el tirón y limaba su desventaja hasta acercarse 37-39 al descanso. Además, Robinson padecía una defensa pegajosa y el ataque donostiarra sufría más pérdidas de las habituales -acabó con 13, que no son muchas, pero contrastan con las 6 del pasado domingo, por ejemplo-.

La defensa local remonta

Gipuzkoa Basket solamente anotó 28 puntos después del descanso, varios de ellos -los 6 últimos de Robinson, por ejemplo- con el partido ya decidido. La defensa fuenlabreña se cerró sobremanera, el umbral de las faltas se puso altísimo y los triples visitantes dejaron de entrar. Gipuzkoa Basket trabajaba y protestaba, pero ni lo uno ni lo otro le servían. Chispazos de Doblas o Raúl Neto carecieron de continuidad, y Ramsdell se vio mucho mejor defendido que en los dos primeros cuartos.

Mientras, el marcador cambiaba de líder. Poco a poco, Panko empezó a sumar sus puntos, mientras que Cabezas, que empezó algo desconectado, también entraba en calor. Una puerta atrás del marbellí cerraba el tercer cuarto con 60-54, preludio de la escapada local del último período, después de concretar un parcial de 13-6. Con 73-60 en el marcador, casi importaba más mantener el basket average -algo que conseguirían los de Sito Alonso- que soñar con una remontada que no iba a llegar.

La defensa donostiarra no es que pecara de blanda, pero sí que se vio cargada de personales y por ello concedió 19 tiros libres -por 10 de GBC- a un rival que no desaprovechó la circunstancia. Los locales sumaban y la ventaja se estabilizaba por encima de la decena hasta el 81-67 con el que terminó.

Aunque todavía le resten seis jornadas, Gipuzkoa Basket casi puede olvidarse de las escasas opciones que le quedaban de jugar los play offs. Eso sí, ahora le toca prepararse para recibir en Illunbe al CAI Zaragoza el domingo que viene a las 12.00. Si gana, podrá respirar tranquilo.

Valladolid perderá la categoría si pierde en casa del Obradoiro

Con tres victorias en 27 jornadas, las cosas pintan negras para el Baloncesto Valladolid. Eso si solo se atiende al especto deportivo.

Los entrenados por Ricard Casas van a tener que levantar un «match ball» esta tarde a partir de las 20.00 en el Fontes do Sar. Si el Obradoiro los derrota, ya serán oficialmente equipo de la LEB.

Da la casualidad que el conjunto galaico es uno de los rivales a quien ha ganado el Valladolid en la presente campaña, 77-73, de modo que tratará de repetir ese éxito. Con todo, su entrenador prefiría no dramatizar la situación del equipo.

«La plantilla es muy consciente de lo que hay, pero no se está pendiente de que perder signifique no poder escalar puestos. Los objetivos son prepararse para ganar, identificar los problemas en el juego y hacer las cosas con mayor nivel», explicaba Ricard Casas. A. G.