Txisko Fernández
Periodista
TXOKOTIK

La comedia humana del siglo XXI

Ni reniego del pasado ni me olvido de las lecciones aprendidas durante la segunda mitad del siglo XX. Cada cual es hijo de su tiempo y el que ahora vivimos está ubicado en las primeras etapas del siglo XXI. Ya sé que esto es puro convencionalismo, porque podríamos dividir la Historia de la Humanidad por milenios o por décadas, por fases históricas o por modelos socioeconómicos.

La cuestión es que el pasado jueves era Primero de Mayo de 2014 y que durante estos días he leído un par de reseñas que me han hecho reflexionar sobre cómo se observan los cambios sociales que afectan, sino a toda la población mundial, a gran parte de ella. Para no liarme demasiado, voy a citar solo a tres personajes y dos obras que aparecen ligadas en los comentarios a los que me refiero. Por un lado, Honoré de Balzac, autor de «La Comédie humaine»; por otro, Thomas Piketty, economista francés cuya obra «Le Capital au XXIe siècle» encabeza la lista de venta de libros de Amazon en EEUU; y uniendo a los dos, Eugène de Rastignac, uno de los personajes emblemáticos de ese compendio de novelas y otras obras que parió el gran literato universal para reflejar los cambios políticos, sociales y económicos que se produjeron a su alrededor entre 1815 y 1830, y que él escribió durante veinte años (1830-1850).

Bueno, pues resulta que Piketty ha puesto en boga «el dilema de Rastignac», que resumidamente viene a decir que «la encrucijada de la vida» supone elegir entre trabajar o enriquecerse. Rastignac eligió lo segundo y ahora, en la lengua de Balzac, es sinónimo de arribista, del hombre sin escrúpulos que busca el «éxito» a cuenta de aprovecharse de los demás tanto en las relaciones personales como en los negocios.

Piketty -cuyo trabajo ha sido elogiado por tipos como Warren Buffett o Paul Krugman- actualiza ese «dilema» con datos y gráficos que le llevan a concluir que, si las cosas no cambian mucho -y él es de los que creen que sí pueden cambiar-, volveremos a vivir en una sociedad en la que unos pocos rentistas, esos que llamamos comúnmente «ricos», acumulen cada vez más patrimonio mientras que el resto, a quienes podemos denominar «casi todo el mundo», tenga cada vez menos bienes.

Y, con cambiar de lugar solo un palito, pasamos del siglo XXI al XIX. ¡Qué fácil!