Las históricas inundaciones despiertan a las minas de la guerra de los Balcanes
Las inundaciones que están afectando a Bosnia, Croacia y Serbia desde hace días amenazan con arrastrar las minas antipersona que aún permanecen enterradas en buena parte del territorio de la ex-Yugoslavia desde la guerra de la década de los 90 y ahora representan un nuevo peligro para la población, que se suma a la alerta por riadas, avalanchas y brotes infecciosos. El número de muertos se eleva ya a al menos 47.

Las peores inundaciones que están afectando a Bosnia, Serbia y Croacia, las más graves de los últimos 120 años, podrían desenterrar las miles de minas antipersona que aún quedan en territorio de la antigua Yugoslavia, sobre todo en Bosnia, y que fueron colocadas durante las guerras que asolaron los Balcanes. Hasta ahora las inundaciones han costado la vida a al menos 47 personas mientras en Bosnia un tercio del territorio se encuentra bajo las aguas. En Serbia, los esfuerzos se centraban en evitar desbordamientos del río Sava.
Cerca de un millón de bosnios viven en la región más afectada, donde las riadas podrían haber desenterrado y arrastrado parte de los 120.000 artefactos explosivos que quedan aún por detonar en ese territorio. También hay más de 9.400 campos de minas cuidadosamente señalados que podrían verse afectados por las lluvias, ya que se han caído los carteles o alambradas que advertían del riesgo. Aproximadamente el 2,4% del territorio bosnio sigue plagado de minas y otros artefactos.
El Centro de Acción de Minas de Bosnia advirtió del riesgo a los vecinos. «Las inundaciones y deslizamientos de tierra amenazan con desplazar una cierta cantidad de minas y destruir las señales que informan de su presencia», señaló a AFP Sasa Obradovic, uno de sus responsables.
«Han aflorado minas en zonas en las que nunca se habían detectado. La gente debe tener mucho cuidado cuando empiecen a limpiar los jardines que rodean sus casas o sus campos porque el lodo acumulado podría ocultar minas y otros artefactos explosivos», agregó Obradovic, quien anunció que trabajarán junto con Croacia y Serbia.
En 1995, al finalizar la guerra, se estimó que un millón de minas seguían activas en Bosnia, donde en los últimos diez años han costado la vida a más de 1.800 personas. Pese a los esfuerzos de las autoridades, se estima que aún quedan 120.000 sin explosionar y el Centro recuerda que solo en 2014 se han constatado ya seis incidentes en los que han muerto cuatro personas.
Las minas se colocaron en especial a lo largo del cauce de los ríos, considerados líneas de demarcación por los beligerantes. El peligro está especialmente presente en las ciudades de Doboj y Maglaj, en el norte, y en las regiones ubicadas a orillas del Sava y del Una, precisó Obradovic, aunque mientras el Sava siga crecido puede afectar también a otras zonas.
En la vecina Croacia se calcula que aún hay 70.000 minas que datan de la guerra (1991-1995). Según el centro encargado de su desactivación, 162.000 km2 del territorio que contiene minas está afectado por las inundaciones.
En el caso de Serbia, las regiones que albergan campos minados se encuentran en el sur, a salvo de las riadas.
Miles de evacuados
Pero además del peligro del desplazamiento de las minas, las inundaciones en Serbia, Bosnia y Croacia han provocado al menos 47 víctimas mortales -un balance que puede aumentar, ya que muchas localidades seguían ayer bajo las aguas-, miles de evacuados y pérdidas materiales millonarias. Ayer la lluvia empezó a remitir, aunque la alerta por riadas, avalanchas y brotes infecciosos se mantenía.
«Las consecuencias de las inundaciones son terroríficas», declaró el ministro bosnio de Exteriores, Zlatko Lagumdzija, quien añadió que «la única diferencia con la guerra es que hay menos muertos». El balance de aquel conflicto se estima en 120.000 muertos y más de dos millones de refugiados y desplazados.
En algunas zonas de Serbia se recogieron hasta 170 litros por metro cuadrado, lo que normalmente se acumula en tres meses. Allí, Sabac y su entorno se había convertido en un punto estratégico de defensa ante la crecida del río Sava, que ha batido todos las marcas de caudal y se esperaba que siguiera subiendo, por lo que los diques se reforzaron con sacos de arena ya que la fuerza del agua los rompió en algunos tramos, informó Efe.
En Obrenovac, a 30 kilómetros de Belgrado, el agua superó los tres metros de altura, por lo que sus 25.000 habitantes fueron evacuados. En Krupanj, mientras, la retirada de las aguas después de varios días dejó a la vista un escenario de destrucción con casas derrumbadas y otras con más de un metro de barro.
Muchas aldeas seguían incomunicadas, aunque la lluvia empezó a amainar y se esperaba la llegada de buen tiempo.
En Bosnia, una cuarta parte de sus habitantes residen en las zonas más afectadas y decenas de miles han sido evacuados. Según datos del Gobierno, 100.000 casas han quedado inutilizables y un millón de personas no tienen acceso al agua.
Además, las autoridades alertaron del riesgo de que aparezcan brotes de tifus o hepatitis por la descomposición de los cadáveres de animales y el aumento de las temperaturas hasta los 30 grados.
El río Sava rompió los diques de defensa en varios puntos y aisló la región de Odzak, donde varias aldeas quedaron bajo el agua.
También en el este de Croacia la situación era dramática. 15.000 personas fueron evacuadas y miles de soldados, policías, bomberos y voluntarios seguían fortificando la orilla de 180 kilómetros del ya desbordado Sava.
Los expertos advirtieron de que los diques del Sava no aguantarían el envite de la ola que se desplazaba desde Bosnia.
Los serbios solo «se defendieron» en Sarajevo, dice un testigo de Mladic
Un exoficial serbo-bosnio, el primer testigo llamado a declarar por la defensa del máximo mando militar del Ejército de la República Srpska, el excomandante serbo-bosnio Ratko Mladic, negó ayer que se atacara deliberadamente a los civiles durante el asedio a Sarajevo (1992-1996), en el que murieron uno 10.000 civiles, y aseguró que los serbios «solo defendieron» sus posiciones en torno a la ciudad.
Ayer comenzaron las comparecencias de los testigos de la defensa ante el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), que juzga a Mladic por genocidio y otros crímenes de guerra.
El excomandante Srpska Mile Sladoje afirmó que «nunca recibimos ni dimos orden de atacar a los civiles». Por contra, según declaró, el Ejército de Bosnia y Herzegovina habría lanzado ataques contra las fuerzas serbo-bosnias desde zonas residenciales, a los que se limitaron a responder.
Sladoje ha negado igualmente que las fuerzas bajo su mando disparan tres obuses que en enero de 1992 mataron a seis niños mientras jugaban en la calle, y dijo que solo tenían armas convencionales. GARA

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