Iker BIZKARGUENAGA BILBO
Elecciones europeas

Entusiasmo a ritmo de alboka en la fiesta independentista de Bilborock

Eman egurre, irabaztera goaz!». La que se ha convertido en la frase-fuerza de la campaña de Euskal Herria Bildu resumió la intervención de Josu Juaristi sobre el tablado de Bilborock. El periodista azkoitiarra no es amigo de grandes discursos y, exultante como estaba, igual que los integrantes de la coalición independentista que le secundaron en el estrado, lo que le apetecía era celebrar el éxito con las decenas de personas que coreaban su nombre, pero aun así tuvo tiempo de lanzar unos cuantos mensajes nítidos para quien quisiera oírle, que seguro que eran muchos, en casa y fuera.

El primero, que pese a quien le pese, y aunque había quien «no quería que estuviéramos», EH Bildu estará en Bruselas, y acudirá «para defender los derechos de este pueblo y los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de este pueblo». Y por otro lado, que «aunque hemos hecho un gran trabajo, todavía queda mucho por hacer». Nada de autocomplacencia, por tanto, a pesar de que la sonrisa que enmarcaba su cara era radiante.

No era para menos, pues tal como afirmó nada más acercarse el micrófono, la fuerza soberanista de izquierdas se había alzado al primer puesto en Hego Euskal Herria, sumando en el conjunto del Estado más de 323.000 votos, un dato que arrancó una de las ovaciones de la noche. Otra se la llevaron los compañeros de viaje de EH Bildu en Los Pueblos Deciden, para quienes el nuevo eurodiputado tuvo palabras de agradecimiento. Para ellos y para quien ya bien entrada la noche, el reloj ya había marcado las 23.00 horas, habían aguardado en la antigua iglesia de La Merced a que hicieran acto de presencia los miembros de la coalición abertzale.

Y lo cierto es que la entrada estuvo a tono con el momento, con un pasillo de ikurriñas y gritos en favor de la independencia y el socialismo, así como en favor de los presos y presas políticas vascas. Hubo aplausos para los representantes de Sortu, EA, Aralar y Alternatiba, y ovación para Juaristi. Un «aupa Josu!» le acompañó hasta el micrófono.

Jornada atípica

Para entonces todo eran sonrisas, ya no había incertidumbre. En la pantalla gigante instalada en el escenario habían aparecido los datos con el recuento casi completo, y lo que hasta entonces era confianza había mutado en satisfacción. El primer pantallazo anunciaba la victoria en Araba, y a partir de ahí todo fue regocijo. En ello tuvo su parte de culpa la banda de música que calentó el ambiente antes y después del discurso oficial, y que puso a bailar incluso a algunos y algunas que estaban allí por trabajo. No parecía importarles.

Un par de horas antes, el ambiente era muy diferente. De hecho, no había ambiente, y es que fue una jornada electoral atípica la de ayer. El hecho de que los resultados no pudieran darse a conocer hasta las once de la noche gracias -es un decir- al horario electoral italiano, más cerca del lunes que del cierre de las urnas en el resto del continente, consiguió que las pocas personas que en torno a las 20.30, hora fijada para abrir las puertas, se hallaban en Bilborock, no supieran muy bien a qué a tenerse. Imposible cuando además ni siquiera había una triste encuesta que llevarse a la boca. Debe ser la consecuencia de la crisis. Así que tocaba esperar.

Pero las redes sociales fueron un hervidero, y bastante antes de que se dieran a conocer los resultados oficiales ya se habían difundido datos suficientes para saber que lo que ayer se estaba cocinando era un buen guiso. Y así, un par de horas después de que cerrarán los colegios electorales Bilborock ya empezaba a hacer honor a su espíritu.

La banda estaba rindiendo un homenaje a la alboka cuando empezaron a aparecer los datos, y entre la música y el alborozo se vivió un momento intenso que ya no decayó. Se notaba la sensación del deber cumplido, un yonosequé al que Juaristi le puso forma alabando al equipo que le ha acompañado durante toda la campaña. «En estas dos semanas me he dado cuenta de que tenemos un equipo muy potente, con un potencial enorme y que es capaz de conseguir todos los objetivos que queramos con al apoyo de la ciudadanía», explicó el europarlamentario que seguramente más va a disfrutar es su escaño, antes de cerrar su intervención: «Eman egurre, irabaztera goaz!»