Muchos titulares desde Catalunya para unas pocas líneas. Primero de todo, la victoria de las fuerzas favorables al derecho a decidir -56% de los votos sumando a ERC, CiU e ICV-EUiA-, aupadas por una participación que subió 10,5 puntos respecto a 2009. Sin caer en el ridículo de hablar de una gran participación, el 47,4% de ciudadanos que ejercieron su derecho a voto -36,9% en 2009- refuerza al soberanismo de cara a la consulta del 9 de noviembre, sobre todo en comparación con la evolución de la participación en la mayoría del Estado español y de buena parte de la UE.

En segundo lugar, el esperado sorpasso. ERC hizo buenas las mejores predicciones y consiguió el 23,67% de los votos, superando por casi dos puntos a CiU, que se quedó en un 21,86%. Ambos enviarán a dos diputados a Bruselas, pese a lo cual habrá que observar con atención los movimientos de fondo en la coalición conservadora. En cualquier caso, el mensaje es claro: por primera vez desde la República, un partido netamente independentista gana unas elecciones en Catalunya.

Y en tercer lugar, la debacle del PSC, que pasa de primera a tercera fuerza, pierde 21 puntos porcentuales -del 35,86% de 2009 al 14,28% de ayer- y se deja casi 350.000 votantes en apenas cinco años. Un mazazo en el que tiene su parte de culpa ICV-EUiA, que sube del 6% al 10,30%. Los ecosocialistas superan además al PP, con poco a celebrar ayer, ya que pasa a ser la quinta fuerza en Catalunya -del 18% de 2009 al 9,81%-. El partido de Rajoy siente el aliento de Ciutadans, que consiguió un 6,28% en Catalunya y enviará a dos eurodiputados gracias a los votos en el resto del Estado.