Democracia
`Es evidente que nosotros tenemos un gran interés en que uno de nuestros aliados más fuertes [Gran Bretaña] siga siendo un socio fuerte, robusto, unido y efectivo. Pero al final es una decisión que deben tomar ellos [los escoceses]'. (...) Los periódicos ingleses -los escoceses no- obviamente han remarcado que el presidente de Estados Unidos prefiere que el Reino Unido siga unido. Sin embargo, visto desde aquí, el `pero' que introduce la segunda frase es mucho más importante aun.
Lo decidirán ellos, los escoceses. No el resto de británicos. (...) Esto es una norma de comportamiento tan elemental en todo el mundo que ni siquiera llama la atención de nadie, en Gran Bretaña. Pero aquí resulta extraordinario.
(...) Evidentemente, Gran Bretaña hace tanto como sabe y puede para evitar la independencia de Escocia, como es normal. Y ahora aun más, porque la perspectiva de una victoria del sí es más visible que nunca. Pero en la base hay un hecho diferencial muy rotundo respecto de España: en Inglaterra nadie pone en duda, ni tampoco el presidente de Estados Unidos, que a final prevalecerá la opinión de los votantes escoceses.
Quizá la imagen de Cameron y Obama ayer debería hacer reflexionar Rajoy. Cuando el presidente español fue a la Casa Blanca y dejó caer la cuestión catalana, Obama reaccionó con evidente mal humor y se negó a decir una sola palabra que pudiera ser aprovechada en nuestra contra. En Gran Bretaña, en cambio, ha hablado con libertad y ha regalado a Cameron un buen spot para el no. Seguramente porque allí únicamente hay en juego un cambio de fronteras, mientras que aquí está en juego la democracia.

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