16 de los 23 argelinos son nacidos en Francia
Rachid Mekhloudi podía haber sido uno de los elegidos para disputar el Mundial de 1958 en las filas de la selección francesa, junto a Fontaine, Kopa y compañía. Pero no. «Cualquier niño de Sétif hubiera hecho lo que yo», sentenció años después. Argelino de nacimiento y, como su historia revela, de corazón. 800.000 franceses sometían desde hacía más de un siglo a ocho millones de musulmanes. A los 9 años gendarmes disparaban contra quienes enarbolaban la bandera de la independencia argelina para festejar el final de la II Guerra Mundial en la que ellos también habían luchado. Con 18 años lo fichó el Saint-Étienne y emigró a Francia. De ahí a la selección, al Mundial de Suecia... al que renunció, desapareciendo junto a otros jugadores de origen argelino -33 había entonces en la Primera División francesa- para implicarse en la lucha del Frente de Liberación Nacional de su país. Desertaron para tomar parte en una gira defendiendo la causa argelina por cuatro continentes. Mekhloudi jugó hasta 40 partidos entre 1958 y 1962, incluyendo un 6-1 a Yugoslavia con un fútbol que recordaba al de Brasil. La FIFA nunca les reconoció. Finalizada la guerra de la independencia, Les Verts le volvieron a reclutar para la liga francesa, jamás tuvieron en cuenta su ideología, sino su fútbol. Debutó entre un silencio que no olvida, roto por los aplausos en su primera asistencia de gol.
Hoy, hasta 16 jugadores de la lista final de 23 convocados de Argelia -9 de los 11 titulares ayer- nacieron en territorio de la que fuera antigua metrópoli. Son hijos de inmigrantes, con nacionalidad francesa, pero que se siguen identificados con sus orígenes. Como Mekhloudi.

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