SUIZA 2

FRANCIA 5

Por la puerta grande entra Francia en octavos de final. La nueva Francia, que gana, se gusta, divierte y asusta. Sobre todo por la calidad de sus hombres más ofensivos, que ayer le hicieron cinco a Suiza como pudieron haber sido siete u ocho. Pero el equipo de Deschamps también ofreció dudas, con algunos despistes defensivos que ante otra selección más potente que Suiza podrían resultar letales.

Por suerte, que también cuenta, para los galos los dos goles helvéticos llegaron con el choque sentenciado. Lo estaba, de hecho, para el descanso, gracias a los goles, preciosos los tres, de Giroud -que desplazó del once a Griezmann con inmejorables resultados-, Matuidi y Valbuena y con una sensación de superioridad brutal por parte de Francia, que incluso se permitió fallar un penalti, ante un rival que solo en un par de ocasiones, aunque con muchísimo peligro, consiguió acercarse a Lloris.

Cambió el partido tras el descanso. Acertó Hitzfield con la entrada de Dzemaili en un equipo que empezó a apretar a los franceses. Al menos hasta que Deschamps respondió con otro cambio y la entrada de Pogba devolvió la serenidad a su equipo. El propio jugador de la Juve se inventó una magnífica asistencia, pasada la hora, a cuya altura estuvieron el desmarque y el remate de Benzema -el mejor del partido, pese a haber fallado el penalti en el primer tiempo-. Otra acción colectiva, rápida, espectacular, la culminó de inmediato Sissoko, antes de que Suiza maquillara el marcador y no conviertiera su billete para octavos en una misión imposible.

Benzema aún marcó un golazo que le hubiese convertido en el máximo realizador del Mundial pero el árbitro había decretado ya, inesperadamente, el final del encuentro.