Israel ataca hospitales y ambulancias y anuncia que prolongará la matanza
Israel afirma que va a continuar con las matanzas en Gaza -donde los muertos ya superan los 570 y los objetivos de las bombas son hospitales o ambulancias- porque se ve «con un apoyo muy fuerte de la comunidad internacional», según su primer ministro, Benjamin Netanyahu. Y eso a pesar de que la resistencia palestina ha provocado ya 25 muertos entre los soldados israelíes, las únicas víctimas que pueden forzar a Israel a frenar la agresión.

Israel va a continuar con sus ataques contra la población de Gaza, a pesar de que ha comenzado a sufrir sus primeras bajas, y sabiéndose amparado por las potencias occidentales. «Llevamos una operación compleja, intensa y en profundidad en el interior de la Franja de Gaza que está apoyada por el mundo. El apoyo es muy fuerte en el seno de la comunidad internacional», afirmó ayer el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alentado por la complacencia de Estados Unidos y la UE, que rehusan responsabilizar al Estado hebreo de las matanzas.
«No es el momento de hablar de alto el fuego», afirmó el ministro de Comunicaciones, Gilad Erdan. «Creo que los combates pueden durar mucho tiempo», señaló su colega de los Servicios de Inteligencia, Yuvel Steiniz.
Con los ataques de ayer, en catorce días de bombardeos, el número de palestinos muertos era ya superior a 570, casi todos civiles. Entre ellos, al menos 120 son niños. Las morgues están saturadas de cadáveres y más de 3.000 heridos abarrotan los hospitales casi sin medios donde los médicos trabajan sin cesar. Los ataques matan ya a familias enteras, sepultadas en sus casas por los bombardeos.
Al menos once personas, entre ellas cinco niños, murieron ayer en un ataque israelí contra un edificio de seis plantas en el centro de la ciudad de Gaza. En Jan Yunis, en el sur de la Franja, 26 miembros de la familia Abu Yami murieron por el impacto de un proyectil israelí. Los sanitarios identificaron a trece de los fallecidos, incluidos siete menores de edad, entre ellos un bebé de un año. En esta misma localidad cuatro jóvenes murieron por un bombardeo de la aviación israelí. Anteriormente se había informado de once miembros de una familia murieron en la ciudad de Rafa, en el sur. Entre los muertos hay un bebé de ocho meses y tres menores de 8, 12 y 17 años.
Israel no dejó de bombardear en todo el día, pero al caer la noche aumenta la intensidad de los ataques con bombas que hacen que los edificios tiemblen a kilómetros de la explosión.
También el barrio de Sajaya, donde la víspera el Ejército israelí provocó una masacre de al menos 73 muertos, se vio castigada por las bombas que mataron a otras tres personas. Además, aparecieron 11 cadáveres más entre los escombros entre la difícil labor de rescate.
Contra el hospital de Al Aqsa
En Deir al Balah, el Ejercito israelí mató a cinco personas en un ataque contra el hospital e Al Aqsa, desde tanques situados al este de la Franja. Medio centenar de personas resultaron heridas -paramédicos, enfermeras y civiles- a causa de los disparos.
Anteriormente había atacado otros dos hospitales, un en Jan Yunis y otro en el norte de Gaza, en el que había pacientes discapacitados o en coma y activistas internacionales.
Médicos Sin Fronteras (MSF) exigió a Israel que garantice la seguridad del personal sanitario y las estructuras de salud, al constatar que «el personal sanitario también se encuentra bajo el fuego». Esta organización, que confirmó que la mayoría de heridos que llegan son mujeres y niños. En el hospital, MSF fue testigo de la muerte de dos paramédicos cuando intentaban sacar a los heridos de Shajaia.
También relató que en la mañana del domingo un coche de MSF, «claramente identificado» logró escapar de un ataque aéreo que se produjo a escasos 300 metros y a pesar de que poco antes, las autoridades israelies habían garantizado la seguridad para este vehículo, que iba a recoger a un equipo de cirujanos al paso fronterizo de Erez.
«La versión oficial es que el objetivo de la ofensiva terrestre es destruir los túneles (de Hamas), pero lo que vemos sobre el terreno es un bombardeo indiscriminado. Quienes están muriendo son civiles», denunció. Extranjeros voluntarios han decido acompañar a las ambulancias para actuar como «escudos» ante posibles ataques.
100.000 desplazados
Ayer al caer la noche la cifra de víctimas mortales de la jornada era ya de 36. El horror ha hecho que más de 100.000 personas hayan huido de sus casas y hayan buscado refugio en las instalaciones de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), el doble que en la ofensiva de 2009. Christopher Gunness, señaló que la agencia ha abierto 69 refugios suplementarios, pero pidió a Israel que los respete, ante el temor de que también puedan ser bombardeados. Los habitantes del barrio de Sajaya son algunos de estos desplazados, pero no pudieron huir hasta el domingo por los bombardeos.
Israel anuncia que seguirá con la operación a pesar de que ha registrado las únicas víctimas que pueden frenarla, las propias. En las últimas 48 horas ha perdido veinte soldados, siete de ellos en enfrentamientos de ayer con milicias palestinas. De acuerdo con las mismas, tres de ellos fueron víctimas de una emboscada en el norte de la ciudad. El Canal 10 de la televisión israelí precisó, por su parte, que los otros cuatro perdieron la vida en enfrentamientos con un comando palestino que se infiltró en un kibutz israelí a través de un túnel desde Gaza.
Con estas nuevas bajas, son ya 25 los soldados israelíes muertos desde que el pasado jueves el Ejército emprendiera la incursión terrestre. Los medios de comunicación y la sociedad israelí sí se mostraron conmocionados por estas víctimas, en un ambiente de duelo generalizado. Israel ha anunciado la destrucción de decenas de lanzaderas de cohetes y túneles ello no ha mermado hasta el momento la capacidad de disparo de las milicias palestinas. Tras catorce días de intensos bombardeos por tierra, mar y aire, las milicias mantienen la misma media de lanzamientos, según del Ejército israelí. Además, las Brigadas Azedim al Kasem, brazo armado de Hamas, anunciaron el domingo la captura de un soldado israelí, una información sobre la que el Gobierno y el Ejército guardan un denso silencio.
El líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniye, reiteró que «es hora de que esta guerra y el bloqueo de ocho años acaben de una vez por todas, y de que los prisioneros arrestados en Cisjordania sean liberados. Esas son nuestras demandas y nunca renunciaremos», y responsabilizó a la comunidad internacional y al mundo árabe de observar en silencio lo que ocurre.
Movilizaciones contra la agresión a Gaza y el apartheid y por el boicot
Varios partidos, sindicatos y organizaciones han convocado para hoy una concentración a las 11 ante la tienda de cosméticos Premier, en la calle Ercilla de Bilbo, como símbolo del boicot a los productos de esta empresa fabricados en un asentamiento israelí en Cisjordania. Mañana han convocado una manifestación a las 19.00 desde la plaza del Sagrado Corazón, «contra el apartheid impuesto por Israel contra la población palestina y los crímenes que continúa cometiendo en Gaza». Subrayan que «la mejor herramienta para presionar a Israel para que ponga fin a la ocupación de Palestina es la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS).
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