La noticia que ha provocado una auténtica convulsión en el universo de la animación, se sustenta en varios frentes. Según han revelado los responsables del mítico Studio Ghibli, las causas que han propiciado la decisión de desmantelar su departamento de animación se resumen en el poco tirón comercial que han obtenido sus dos últimas producciones, «La historia de la princesa Kaguya» y la película que supuso el adiós del maestro Hayao Miyazaki, «El viento se levanta». Todo ello se une a la que sin duda ha sido la gran baja creativa que ha sufrido el estudio japonés, el adiós del veterano Miyazaki.

Visto el lastre económico que padece Ghibli, los responsables de obras tan referenciales dentro del género animado como «La princesa Mononoke», «Mi vecino totoro» o «El viaje de Chihiro», han anunciado una profunda reestructuración que podría traducirse en el fin de su labor como productores de películas.

El anuncio fue en principio recibido como el cierre definitivo de el estudio en lo que a su departamento de anime se refiere. La productora, fundada en 1985 y con más de una veintena de títulos en su haber, siempre ha sido considerada como todo un referente dentro de un modelo creativo de reminiscencias artesanales y que siempre ha destacado por dotar a sus argumentos de un gran empaque dramático y haber aportado al universo fantástico nuevos horizontes alejados del edulcoramiento narrativo. Dotadas de una fuerte carga poética, las películas de la factoría Ghibli siempre han sido bien recibidas en los circuitos de los festivales cinematográficos.

Toshio Suzuki, fundador del estudio, ha revelado que no se trata de un cierre definitivo, algo que por otro lado tampoco descarta, sino de una «profunda reestructuración» de su departamento de producción. Según sus palabras «la retirada de Miyazaki fue un tremendo golpe para nosotros. ¿Qué vamos a hacer con Ghibli? Lo cierto es que dejar de hacer películas no está descartado. Debemos tomarnos un descanso para pensar qué hacemos a partir de ahora», afirmó Suzuki tras asegurar que, entre las diversas opciones que barajan, la única que parece confirmarse es la de desmantelar su departamento de producción.