El Eibar afrontaba en la mañana de ayer un nuevo entrenamiento en Agorrosin, Bergara, para desentumecer los músculos tras el fallido partido de presentación de Ipurua. El 0-4 adverso frente al Alavés, el carácter «barriobajero» de varios lances del «amistoso» y, en definitiva, el mal partido de los de Gaizka Garitano, invitaba a poner algo de distancia para despejar las ideas. La escuadra armera afrontará otro nuevo entrenamiento en Ipurua en la tarde de hoy.

Por lo demás, con el arranque de Liga ya en el horizonte, hacer autocrítica, sacar conclusiones de la segunda derrota de la pretemporada y prepararse para los siguientes duelos -como el de mañana en Zarautz frente a la Real-, eran los objetivos que la plantilla azulgrana se marcaba tras el fiasco ante el «Glorioso», objetivos ante los que se afanaba ayer.

«Cuando hay errores y derrotas, siempre hay que hacer autocrítica», explicaba Jon Errasti tras el encuentro ante el Alavés. «Lo bueno es que estamos en pretemporada y esos errores se pueden corregir», explicaba.

Obras en Ipurua

Mientras, el SD Eibar asume otro frente de pelea, como es la obra de Ipurua, algo que afectará a algunos vecinos.

Lorenzo Quindós, uno de los vecinos que resultaría afectado, aseguraba en unas declaraciones en la radio que en ningún momento se les informó de las obras que se iban a acometer. «No vemos que esas obras de ampliación se deban hacer en la grada norte, porque eso supondría un perjuicio tremendo a unos 4.000 usuarios de la plazoleta Indalecio Ojanguren. Estamos de acuerdo en que hay que hacer esa obra, pero en otro lugar», opinaba.

Por el momento, han solicitado una nueva reunión con los directivos para dialogar y llegar a un acuerdo. Tienen de plazo hasta el 25 de agosto para presentar los pliegos de alegaciones al proyecto del SD Eibar.