Mikel CHAMIZO DONOSTIA
Interview
ANTOINE MAISONHAUTE
VIOLINISTA DEL CUARTETO TANA

«Tocar con iPads es una forma de sacudir un poco el sistema»

El Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical prosigue su curso esta tarde con la actuación del Cuarteto Tana, un joven cuarteto de cuerdas franco-belga muy interesado por las últimas tendencias de la composición y de la música electrónica. Ofrecerán un programa en torno a la saturación con obras de Cendo, Martínez, Romitelli y Robin.

Con sede en Bélgica, El Cuarteto Tana se profesionalizó en el 2010 con el propósito de promover el repertorio musical contemporáneo y estrechar la relación entre compositores e intérpretes. Formado por tres franceses y un belga, colaboran asiduamente con autores como Alberman, Keller, Robin o Cendo, y siendo un cuarteto joven se interesen especialmente por fenómenos como el de la «saturación», que los compositores más jóvenes exploran actualmente. Es en torno a este concepto, cercano a las prácticas de los Djs y que aúna los medios instrumentales clásicos a la electrónica, que centrarán su actuación de hoy en el Ciclo de Música Contemporánea de la Quincena Musical, que comenzará a las 20.00 en la Sala Polivalente del Kursaal. Junto a la electrónica de Zuriñe Gerenabarrena y Charles Bascou, interpretarán «Substance», de Raphaël Cendo, «Siempre, todavía», de la gasteiztarra Sofía Martínez, «Natura morta con fiamme», de Fausto Romitelli, y el «Cuarteto nº1, Scratches», de Yann Robin.

La historia de los cuartetos de cuerda siempre es particular. ¿Cómo llegaron a reunirse tres franceses y un belga para formar el Cuarteto Tana?

El Cuarteto Tana se fundó como un proyecto estudiantil en 2004, en Madagascar, de ahí el nombre de Tana, que es la principal ciudad de la isla. Pero no fue hasta el 2010 que el grupo se tornó profesional. Jeanne, la violonchelista, es mi hermana, y Maxime, la violista, es una amiga que estudió con nosotros en el conservatorio. El último miembro en unirse ha sido Pieter, que lo hizo en mayo de este año.

El cuarteto tiene la intención de competir en un circuito, el de los cuarteto de cuerda especializados en música contemporánea, que está muy dominado por un puñado de grupos de mucho prestigio, como el Arditti o el Diotima. ¿Es difícil para un cuarteto joven hacerse un hueco en ese panorama?

Nosotros solo podemos agradecer la ayuda del Diotima porque nos dieron la oportunidad de empezar en nuestros primerísimos conciertos y además nos invitaron a varios festivales. Por otra parte, creo que hay espacio de sobra para todos. Nosotros tenemos un repertorio distinto del que toca el Arditti y hemos decidido defender tanto la música clásica como la contemporánea. No somos un cuarteto especializado, sino un cuarteto del siglo XXI que toca música contemporánea como repertorio central y el repertorio clásico bajo ojos contemporáneos.

A Donostia llegan con un arriesgado programa en torno a la «saturación». ¿Qué vamos a escuchar en las obras de Cendo, Martínez, Romitelli y Robin que lo componen?

Las obras de Cendo y Robin investigan en torno a la práctica del «scratch», imitando sonidos de DJs tanto con electrónica como sin ella. Son piezas extremadamente virtuosísticas y muy exigentes. Con Romitelli nos topamos con otro pionero en la investigación del fenómeno de la saturación. La que tocaremos es una obra realmente inusual de ver sobre un escenario, pero se trata también de una creación verdaderamente visionaria. En cuanto a Sofía Martínez, traza una perfecta línea simétrica con Cendo y Robin, porque su música trata de descubrir los sonidos interiores, a través de sonidos delicados y arcos volátiles... una pieza profunda y con hermosos sentimientos.

Desarrollan la mayor parte de su actividad en Francia y Bélgica. ¿Cómo llegaron hasta la música de la autora gasteiztarra Sofía Martínez?

Fue a través de Ramon Lazkano, que nos habló de ella y nos envió sus partituras. Y fue así como descubrimos que hay algo especial en su música, en ese material interior que te hace abrir los oídos a la vez que cierras los ojos.

Con algunos de los autores del programa trabajan mano a mano y con asiduidad. ¿Cómo es de importante el trabajo con los compositores para transmitir correctamente este tipo de músicas?

Trabajar con los compositores es esencial para entender sus lenguajes. Preguntar, objetar, colaborar, es la mejor manera de llegar lo más cerca posible a la verdad del texto musical. Además creo que tener la oportunidad de recibir respuestas de compositores vivos y no aprovecharlo sería una vergüenza. También es importante entender que lo que está escrito en la partitura no es el punto final, sino solo el paso inicial de la interpretación. Trabajando con los compositores evitamos errores pero trambién progresamos con ellos en la mejor manera de escribir para el instrumentista, de la forma más eficiente posible, lo que ellos quieren escuchar.

Ha mencionado que también tocan músicas del pasado. ¿Cómo la mezclan de forma coherente con la contemporánea?

Tratamos de diseñar programas en torno a líneas temáticas. Tenemos, por ejemplo, un programa checo con música de Dvorak, Janacek y Adamek. Una pieza clásica, otra del siglo XX y un autor contemporáneo. La idea es tender puentes entre áreas y no cerrarnos demasiado a la especialización.

Han sido el primer ensemble europeo en trasladar las partituras convencionales a iPads. ¿Es lo suficientemente fiable este soporte para la interpretación en directo? ¿Cómo trabajan con los dispositivos?

Tenemos una aplicación llamada «ForScore» que nos permite anotar y escribir cualquier cosa en la partitura. Las recibimos como archivo PDF directamente de los editores o las escaneamos nosotros mismos con una impresora. En realidad es fantástico porque podemos tener con nosotros todo el repertorio en un solo dispositivo. En cuanto al cambio de páginas, que es uno de los grandes problemas de los intérpretes, lo hacemos mediante un sistema a pedal que se llama «AirTurn».

¿Cree que el futuro de la música de concierto, que lleva décadas e incluso siglos estancada en determinados hábitos, llegará a revolucionarse por la tecnología?

¡Sin duda tocar con iPads es una forma de sacudir un poco el sistema! Y también una forma muy pragmática de trabajar con nuevas obras, porque nos permite enviar a los editores nuestras anotaciones y que ellos pueden corregirlas y mandárnoslas de vuelta de la forma más rápida y cómoda posible.