El Athletic está «missing»

El tempranero gol de Ronaldo allanó la goleada de unos merengues que nunca tuvieron que forzar la máquina para pasar por encima de los rojiblancos. Gorka Iraizoz, que sumó hasta una decena de paradas, salvó de un marcador más abultado a los suyos.

MADRID 5

ATHLETIC 0

La película del Athletic en su visita al Santiago Bernabéu respetó el guión previsto. Rodillo merengue y resignación rojiblanca. En los prolegómenos del encuentro, ambos equipos vistieron camisetas en solidaridad con el joven de Galdakao Egiluz en las que se podía leer ``Hodei missing'', loable respuesta la del Madrid a la petición del Athletic, que después no tuvo piedad con los de Ernesto Valverde, que a los dos minutos de juego prácticamente ya dobló las rodillas. Tan solo dos minutos es todo lo que aguantó un equipo bilbaino que estuvo en todo momento muchas revoluciones por debajo de un conjunto blanco que se basta y sobra con su triplete Bale-Benzema-Ronaldo para tumbar casi a cualquiera, pero más a un rival que como Hodei, y que me perdonen la comparación, esta `missing'. `Missing' total.

«Lo peor es cuando tienes la sensación de que el Madrid te despacha», advirtió Ernesto Valverde en la previa. Vaya que si les despacharon. Y la grada de Chamartín cantando «a Segunda». Fueron cinco, pero lo cierto es que pudieron ser el doble si no hubiese sido porque San Gorka Iraizoz detuvó lo inimaginable. Casi una decena de paradas, algunas de ellas de enorme mérito, ante una defensa que no pudo en ningún momento con el despliegue de los atacantes madridistas. Decía cierto entrenador que no es lo mismo ser rápido que darle rapidez al juego. Pues el Madrid hace ambas cosas. Tiene lanzadores y tiene velocistas. Y este Athletic de primeros de octubre, apenas sí le llega para echar unos euros de diesel al depósito.

Una manita que deja a los rojiblancos en zona de descenso durante estas dos semanas de penitencia a la que todos apelan para que el equipo haga acto de contricción, borrón y cuenta nueva y recupere el norte. El Athletic de anoche apenas dio para unos cuantos minutos de decoro en la primera mitad, ya con el 1-0 en el marcador al poco del inicio, pero sin convicción para culminar arriba. El gol de Muniain se pagaba a 21 euros en una casa de apuestas. Una volea suya, despejada por Casillas con apuros fue todo el peligro visitante, que conseguía llegar arriba, pero sin saber cómo terminar las jugadas. El Madrid jugaba al tran-tran, sin apurarse, sin esforzarse, hurgando en las bandas rojiblancas, y fruto de lo uno y de lo otro, llegó el segundo al filo del descanso, en un saque de esquina donde los merengues fueron más agresivos que los leones.

Y si la primera mitad dejó una impresión de impotencia, la segunda fue un divertimento para Ronaldo y compañía. Un entrenamiento, un pasacalles, un chotis, vamos. Con el tercero al poco de volver de vestuarios, de nuevo en un alarde de velocidad de los locales, los leones dejaron de creer en algo. A partir de ahí, fue una ópera atacante madridista, que se gustó, se recreó delante del espejo, mientras el Athletic aguantaba contra viento y marea sostenido en un Iraizoz inmenso que dibujó algunas paradas espectaculares, como el cabezazo que Ronaldo ya veía dentro. Un cabezazo de Ibai que Casillas despejó y otro remate de Guillermo que el madrileño atajó fue el bagaje atacante de los bilbainos. Escaso, pero que también se encontró con otro buen portero enfrente.

Al final, como colorín colorado, Ronaldo hizo el quinto de rebote y con el codo. Para rematar la faena. Marcador abultado y sangrante, que hiere sobre todo la autoestima de los hombres de Valverde. Si en el Bernabéu había que al menos recuperar sensaciones, estas no viajaron entre el equipaje del equipo.

El equipo está ahora mismo en encefalograma plano. Madrid no era el mejor escenario para un shock y no lo fue. Ahora mismo ni hay capacidad de reacción y lo que es peor, no hay confianza en lo que uno hace o le propone su entrenador. Dos semanas tiene por delante el cuerpo técnico rojiblanco para enderezar la nave, volver a ganarse a sus jugadores para la causa y salir de una situación que es cierto, no es nueva. En apenas unas semanas este Athletic se ha olvidado de su genética. Nadie explica los porqués. Quizá es que el fútbol es así, frase recurrente. Si por algo destaca este club es por la fortaleza y unidad de su vestuario, por remar todos a una. Hay que volver a hacerlo otra vez. Una vez más. En Madrid se siguió el guión previsto. Ennio Flaiano, escritor y guionista de las obras maestras de Fellini, era conocido por sus aforismos. «La situación es grave, pero no seria», era uno de ellos. Eso esperamos.