Conociendo su carácter, no podía ser de otra forma. Oier, que sigue con el proceso de recuperación de su rodilla, no puede empujar en el césped, pero sí lo hace desde el vestuario. «He sufrido bastante, aunque verlo desde fuera te da otra perspectiva de lo que hay que mejorar. Tenemos que construir un equipo sólido, hacerlo bien tácticamente en defensa y en estrategia porque, en determinados momentos, he visto sufrir al equipo. A partir de esa solidez, creo que tenemos jugadores con la suficiente calidad como para marcar diferencias», analizó.

Sin pelos en la lengua, como le caracteriza, hubo lugar a la autocrítica. «Ha habido fases en las que el equipo ha estado lejos de competir como se debe en esta categoría. Por eso urgía hablarlo y quitarnos la venda. Quizás nos estemos adaptando al hecho de tener que llevar el peso del partido, pero estamos todavía a tiempo de cogerle el tino y de engancharnos», lanzó un mensaje de optimismo.

Como el equipo, el futbolista lizartarra también ha pasado por un «bache». «La rodilla no me preocupaba porque me la limpiaron y me administraron antibiótico para que remitiese la infección. Lo que quería era estar bien físicamente, sentirme fuerte y sin fiebre. También necesitaba bajar a Tajonar y estar con los compañeros», admitió.

Superada esa fase, ya se encuentra de nuevo en su hábitat. «Ahora estoy contento y muy motivado. El sábado pisé el verde y me dio el sol -en referencia a que formó parte del grupo de jugadores que se hizo una foto con los osasunbebés-. Hoy (por ayer) también he salido y eso está bien para animarte», asumió.

Merino, con gripe

A las ausencias ya esperadas de Raoul Lóe y Ansarifard, se sumó en la sesión matinal de ayer la de Mikel Merino. El prometedor futbolista rojillo padece un cuadro de gripe y fiebre, por lo que tuvo que guardar descanso. En cuanto a sus otros dos compañeros, tampoco entrenaron sobre el campo y se limitaron a permanecer en el gimnasio. Las previsiones son bastante más positivas en lo que se refiere al delantero iraní, que podría estar en El Molinón, ya que su tobillo mejora con el paso de los días.