El Eibar se mantiene en la zona templada de la clasificación, con una cómoda ventaja respecto al descenso, con la sensación de que el Barcelona es el único equipo que ha sido capaz de ganarle con claridad y, lo más importante, en números de permanencia. Pero la trayectoria de los azulgranas ha sufrido un pequeño frenazo. Suave, solo ha encajado una derrota en seis jornadas, pero prolongado, tampoco ha sido capaz de ganar en las cinco últimas.

Lo peor es que, por un lado, esa proyección de puntos a final de temporada, aunque sigue favoreciendo a los armeros, ha ido empequeñeciéndose hasta quedar en el límite. Con diez puntos tras nueve jornadas, serían poco más de 42 en mayo. Y, por otro, que son ya varios los partidos en los que el Eibar ha sido superior a sus rivales, en principio directos, pero ha acabado dejando escapar puntos.

La sensación, curiosamente, se intensifica en Ipurua. Otrora un fortín, ahora un campo en el que los azulgranas no han sido capaces de ganar desde que se impusieran a la Real en la primera jornada de Liga. Después, con la excepción de un Villarreal espléndido que se llevó un punto como se pudo haber llevado los tres, ha tropezado ante Deportivo, Levante y Granada. Tres equipos que llegaron en plena crisis al estadio eibarrés y ante los que la escuadra armera solo ha podido sumar un total de dos puntos. Con un denominador común en los tres encuentros: el gol del rival llegó en los primeros minutos, multiplicando la dificultad del reto para el Eibar.

Reconoce Eneko Bóveda que el conjunto eibarrés «es reincidente y es una pena», pero prefiere quedarse con las sensaciones que ha ofrecido el equipo en esos partidos, en los que solo la falta de acierto, incluso la fortuna, y en algún caso los errores arbitrales, le han privado de la remontada. «De estos partidos al final no te vas con buena cara porque hemos hecho cosas muy buenas pero no siempre salen bien y te queda la sensación de que aun jugando bien no ganas», reconocía el lateral vizcaino pero se quedaba con esa misma actuación, en este caso frente al Granada, para reforzar su confianza en el futuro. «Creo que nos tenemos que quedar con eso, con que el equipo ha reaccionado y ha sido muy superior durante casi todo el partido. Al final se trata de competir y, un día más, creo que hemos competido. Lo bueno es que nos vamos con la sensación de haber sido superiores a un equipo que a mí personalmente me encanta y ante el que he tenido la sensación en todo momento de que nos imponíamos».

Ocasiones de gol

Pero las ocasiones, que las hubo, no se materializaron. También en este caso prefiere ver el vaso medio lleno el autor del gol ante los andaluces. Para empezar porque el Eibar fue capaz de crearlas «con nuestras señas de identidad y de formas diferentes, llegando por banda, imponniéndonos en los duelos individuales, a balón parado, metiendo balones en el área...». «Estoy convencido -añade- de que si seguimos acercándonos así, nuestros delanteros sin duda van a hacer goles. Y quién sabe, quizá otro día no estemos tan brillantes, entre un golito de suerte y recojamos los frutos entonces», admitió.

Ahora tendrán que buscarlos a domicilio porque a Ipurua no volverá el fútbol en un mes, con dos desplazamientos consecutivos -Rayo y Málaga- y otro parón liguero antes de recibir al Real Madrid. No le preocupa en exceso a Bóveda, convencido de que el Eibar es igualmente capaz de pasar de nuevo el pie del freno al acelerador lejos de casa. «Este equipo deja un poco de lado esos tópicos de que solo se sacan los puntos en Ipurua. Se siente muy cómodo también de casa y, viendo las características de nuestros jugadores, estoy seguro de que a lo largo del año se van a sacar puntos fuera».