Estamos ante un Athletic en reconstrucción. Y del mismo modo que toda casa se empieza por los cimientos y no por el tejado, Ernesto Valverde ha decidido que lo primero es apuntalar bien la zaga y luego la confianza de los resultados y los puntos será la que invite a más alegrías. Y entre una cosa y otra, parece bueno abrir las ventanas para que entre el aire fresco. El que vimos ayer de nuevo en jugadores como Iturraspe, tras pasar a la sombra un partido, el de un Beñat que se fajó como un jabato y siempre estuvo presente en el juego, incluso bajando a recibir balones para dar salida a un juego que faltó mientras estuvo ausente. El que ha insuflado Etxeita, incluso el de Unai López. El debut de Kike Sola, anecdótico. Un empate que hay que dar por muy bueno, un partido práctico sin olvidar quién era el contrario, ausencias con las que llegaba el equipo e incluso la lesión de Guillermo, todo suma para dar más valor a lo cosechado. Aire fresco. Quizá por eso sigamos sin explicarnos porqué se jugó con las ventanas cerradas ante el Porto.