Arnaitz GORRITI
GIPUZKOA BASKET | Logran frente a Manresa el segundo triunfo de la temporada

«Así» es muy fácil quererlos

Los donostiarras ganaban 50-33 al descanso. La remontada catalana obligó a que asomaran héroes al final.

GIPUZKOA BASKET 82

MANRESA 75

Con 50-33 al descanso, parecía que Gipuzkoa Basket se iba a gustar ante el Manresa. Pero un tercer cuarto explicable solo por el talento de Grigonis y el exceso de confianza lo cambiaron absolutamente todo.

El triunfo cayó del lado donostiarra, ya que en los últimos minutos los Dean, Jordan, Díez y Doblas remataron lo realizado por Jordi Grimau o Franch con anterioridad. Si Illunbe gritaba «¡os queremos así!» a los suyos, lo hacían con más justificación que en cualquier otra ocasión.

Gipuzkoa Basket se escapó tras un segundo cuarto primoroso. Los de Ponsarnau sumaron un parcial de 27-11, en el que el acierto en el tiro -14 de 18 en lanzamientos de dos- contrastaba con el 0 de 9 -4 de 19 en ese momento- de los del Bagés.

Grigonis prende la mecha

Pero en Manresa juega un Grigonis que, a sus 20 años, le sobra carácter. Enchufó cuatro triples sin fallo al regreso de los vestuarios para meter al Manresa dentro del partido. Sus compañeros le siguieron la estela, de forma que se llegó al cuarto final con empate a 61, rematando un cuarto extrañísimo con una técnica a Doblas por flopping, una jugada que acabó con triple de Iarochevitch, anulado.

Y todo volvía a empezar, con un Illunbe la mar de nervioso. Las defensas no dejaban resquicios y durante muchos minutos solo subió un punto de Dani Díez, hasta que Grigonis anotaba el 62-64 con su séptimo triple, replicado por el propio Díez.

La mecha estaba prendida y todo el mundo daba un paso adelante. Rizvic anotaba el 68-70, pero GBC replicaba con un parcial de 8-0, con grandes minutos de Taquan Dean y un gran triple final de Jared Jordan. Sakic clavaba el 76-73 y Hanley respondía a pase de Jordan. Grigonis falló los tiros libres y Díez anotó el 80-73 casi de milagro. Tras la siguiente canasta de White, el mate de Doblas después de agotar la posesión, decidía, ahora sí, el partido. ¿Quién no los querría «así»?