Decanta la mayor eficacia del rival
La escuadra babazorra volvió a pecar de ingenuidad cuando llegó a los metros decisivos, donde los periquitos fueron mucho más incisivos que los arabarras, inclinando prácticamente la eliminatoria de su lado con dos zarpazos del delantero uruguayo Stuani.

ALAVÉS 0
ESPANYOL 2
No es imposible, pero se antoja francamente complicado que el Alavés consiga superar dos goles en contra para el encuentro de vuelta a disputar en tierras catalanas. Los de Alberto López encajaron su segunda derrota consecutiva, casualmente con el mismo marcador, merced a la diferente eficacia que mostró respecto al Espanyol cuando se acercó al área contraria. Los periquitos, por mediación de un inspirado Stuani, fueron letales en los últimos metros, mientras que los anfitriones llegaron con más frecuencia, pero mucha menor peligrosidad.
El que no hubiese un dominio claro ni de los locales ni de los periquitos en los primeros compases del choque hacía presagiar un encuentro más equilibrado y con opciones para los anfitriones. Sin embargo, los de Alberto López volvieron a fallar en lo que ha sido la tónica de esta temporada: la falta de pegada y definición en los metros decisivos, que es lo que vale.
Todo lo contrario que los catalanes, cuyas oleadas durante la primera mitad casi siempre generaron peligro, en ocasiones de manera continuada, hasta que obtuvieron el premio de inaugurar el marcador. Muy rápido avisó el Espanyol de sus intenciones, a los cuatro minutos Lanzarote ya había probado a Goitia, pues su disparo se fue al muñeco tras error de Einar en su salto de cabeza para abortar el envío desde la medular.
A balón parado continuaron los espanyolistas mostrando su superioridad, pese a poner en liza un once con jugadores inhabituales. Raúl Rodríguez remató arriba una falta y Héctor Moreno, esta vez en un saque de esquina, pudo poner el 0-1, algo que impidió la buena estirada del cancerbero local. Todavía los de Sergio González dispondrían de otra oportunidad, esta vez en los pies de Mattioni, pero Laguardia sacó bajo palos.
Apenas ocho minutos después, la escuadra catalana ya no perdonó, con servicio medido de Víctor Álvarez a Stuani, ayer el hombre más adelantado de los visitantes, quien remató a puerta con la fortuna de su lado al golpear el cuero en el pie de Laguardia en su intento de cortar la trayectoria y despistar con ello a Goitia, quien solo pudo hacer la estatua.
Aún tuvo el delantero uruguayo la oportunidad de dejar sentenciada la eliminatoria en la siguiente jugada, pero su disparo fue lo suficiente flojo como para que no tuviese peligro. Fue solo con el marcador en contra cuando el Alavés se propuso llegar con más peligro, aunque tanto el disparo lejano de Raúl García como la falta de concreción de un remate acrobático de Tejera tampoco es que inquietasen demasiado a un debutante Pau López con 19 años.
Más llegada, misma indefinición
Trató el Alavés de apretarle las tuercas a su adversario tras el descanso y, de hecho, consiguió que los periquitos defendiesen bastantes más metros por detrás que en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero ello no supuso que pasasen por demasiados apuros. La entrada de Juli para la última media hora le dio más velocidad y espontaneidad al ataque anfitrión, a la par que supuso bastantes más problemas a la defensa catalana a la hora de fijar la marca.
Pese a todo, el cuadro babazorro siguió fallando en el último pase y cuando se plantó frente al meta rival, aunque el dominio local se hizo más intenso. Incluso se pudo materializar en el electrónico si el empujón de Raúl Rodríguez en el 84 se hubiese señalado con una pena máxima o los remates de Manu Barreiro -en poco más de cinco minutos llevó más peligro que sus compañeros- hubieran tenido más puntería.
Del posible empate se pasó a la acción en la que el Espanyol dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria. Una falta botada por Lanzarote fue cabeceada con autoridad por el protagonista de la noche, Stuani, ante una defensa que pudo estar más agresiva, pero seguramente ya muy cansada en el descuento. El Alavés se vació, pero decidió la mayor calidad del oponente en los metros finales.
«Decepcionado» por el segundo traspié seguido, Alberto López admitió que es «un marcador muy difícil de levantar», lo que supuso un golpe duro para el vestuario, «que estaba muy ilusionado por pasar de eliminatoria». «Tenemos un problema porque nos cuesta mucho hacer gol en casa, es lo que ha marcado la diferencia, porque no jugamos mal», analizó.

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