Las comedias románticas de Woody Allen como terapia

Las películas que contienen una declaración de amor hay que verlas como lo que son, y Sophie Lellouche debuta en el cine con un homenaje en toda regla a su querido Woody Allen, que llega justo en el momento más oportuno. Lo digo porque a punto ya de cumplir los ochenta, el cineasta neoyorquino se encuentra radiante de felicidad, tal como lo refleja su reciente etapa cinematográfica volcada hacia la comedia romántica. Y «Paris-Manhattan» está en clara sintonía con tan luminoso periodo.
Las frases seleccionadas que Woody Allen pronuncia en la ópera prima de Sophie Lellouche encajan a la perfección con lo que vienen diciendo los personajes de sus últimas películas, incluida «Magia a la luz de la luna». Lo que quiere decir que nunca resulta un discurso impostado, sino que encaja con total naturalidad en la anécdota personal que vive la farmacéutica encarnada por Alice Taglioni, la cual regala a sus clientes DVD's de su admirado cineasta como remedio terapéutico o curativo.
Sophie Lellouche ha ido a buscar directamente la inspiración en «Sueños de seductor», haciendo que sea ahora el propio Woody Allen, y no Humphrey Bogart, quien le hable a la protagonista desde un poster en su habitación para darle consejos en el amor. Y a partir de dicha idea se persigue su completa materialización, obtenida en el instante preciso de cara al obligado final feliz.
La realizadora acierta de pleno al emparejar a Alice Taglioni con Patrick Bruel, quien representa a los muchos escépticos que se resisten a dejarse atraer por la filmografía alleniana. Es más, se trata de un experto en sistemas de seguridad al que las películas del maestro le traen sin cuidado, puesto que nunca ha visto una. Simplemente, le suena.
El detalle lleva a una serie de breves pero interesantes apuntes, dentro de la ya de por sí escasa duración que no llega a los ochenta minutos, sobre la relación entre fantasía y realidad que propone el maestro en su cine. Cada vez reivindica más su naturaleza de pura evasión, algo en lo que «Paris-Manhattan» se aplica la lección.

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