GARA BILBO

Guggenheim renueva por 20 años más la relación con Nueva York

El patronato del Museo Guggenheim Bilbao aprobó ayer renovar por otros 20 años la relación de colaboración con la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York suscrita en 1994. En este nuevo marco, Nueva York tendrá menos poder. Pasa de «gestionar» a «participar».

La firma del nuevo convenio de colaboración en la gestión del centro expositivo de Bilbao, que establece una renovación por 10 años más de la prevista en el acuerdo de 1994, queda ahora a expensas de que sea ratificado por el patronato de la Fundación neoyorquina que se reunirá el próximo 9 de diciembre.

El nuevo convenio incluye,explicó el director del Museo Guggenheim Bilbao (MGB), Juan Ignacio Vidarte, en posterior conferencia de prensa, una «serie de modificaciones» al texto de 1994 como en lo relativo al papel de la fundación neoyorquina en la gestión del Museo bilbaíno.

El nuevo acuerdo introduce una modificación «fundamental», según Vidarte, al establecer una relación de «mayor equilibrio e igualdad» con la Fundación de Nueva York ya que contempla que esta pase de «gestionar» y operar en exclusiva el Museo bilbaíno a «participar» en su gestión, junto al personal de Bilbao.

Asimismo indicó que la renovación se articulaba en torno a tres ejes, el «equilibrio» en la relación entre ambas fundaciones, la «profundización» en la colaboración a través de nuevos proyectos y una «mayor estabilidad y compromiso» al renovarse el acuerdo por 20 años en lugar de por los 10 previstos.

Vidarte apuntó también que, en los últimos 20 años, ha cambiado la relación entre Solomon R. Guggenheim Foundation y la Fundación del Museo Guggenheim, que se ha convertido en una institución «madura», afianzando -su personalidad- dentro de la red Guggenheim.

Otra modificación destacada hace referencia al coste para la Fundación bilbaína de la colaboración con la SRGF, que si hasta ahora suponía una cantidad variable cada año en función de los servicios que en cada ejercicio prestaba a Bilbao, ahora pasa a ser una cantidad fija de 1.920.000 euros anuales.

Esta contraprestación económica por los servicios que ofrece la Fundación neoyorquina saldrá del presupuesto ordinario del Museo bilbaíno en cada ejercicio, según precisó Vidarte, por lo que no supondrá un desembolso extraordinario para las instituciones propietarias del centro, el Gobierno de Lakua y la Diputación de Bizkaia.

Vidarte indicó que, además del pago anual variable por los servicios recibidos, las instituciones copropietarias del Museo bilbaíno abonaron a la Fundación neoyorquina un canon de 20 millones de dólares entre 1991 y 1992, por el uso de la marca Guggenheim y de las obras de sus colecciones en el centro expositivo de Bilbao.

Tensión

El reiterado intento de los medios por averiguar el coste total para la CAV de la relación con Nueva York, y si el nuevo modelo de relación financiera es más ventajoso que el anterior para el Museo, generó momentos de tensión e incomodidad para los responsables del Museo, el lehendakari, el diputado general y el director de la Fundación neoyorquina, Richard Armstrong.

Tras reconocer Vidarte que no tenía los datos económicos del coste total que había supuesto en estos primeros 20 años para el Museo de Bilbo su colaboración con la Fundación neoyorquina, el diputado general de Bizkaia resaltó el retorno económico que ha supuesto para la economía vasca la existencia de este Museo bajo la bandera Guggenheim, que cifró en 300 millones de euros anuales.

Urkullu, por su parte, opinó que el nuevo modelo de relación financiera entre Bilbo y Nueva York lo retiene «como más barato que el coste anterior».

También quiso destacar la estabilidad que da al Museo bilbaíno el haber conseguido un acuerdo por otros 20 años y que situó por encima del coste que puedan tener los nuevos servicios que prestará a Bilbao la Fundación neoyorquina.

Jose Luis Bilbao agregó que «aquí tenemos un Ferrari (en referencia al Guggenheim Bilbao) que al año genera 300 millones de euros de actividad económica y hay que echarle gasolina y la gasolina cuesta dinero, pero todos queremos que ande el Ferrari».

Además, en virtud de este acuerdo, se refrendan las iniciativas que ambas partes tienen en proceso para la gestión de nuevas infraestructuras museísticas. En el caso de la SRGF, se trataría del proyecto de Helsinki y, en el Museo Guggenheim Bilbao, de la posibilidad de realizar, si «se estimara oportuno», un proyecto de ampliación discontinua en la CAV.

Ello supondría en el caso del proyecto para la ampliación del Museo en Urdaibai que si se decide impulsar la infraestructura, no se requeriría la aprobación adicional de la Solomon R. Guggenheim. De la misma manera, tampoco se precisaría la aprobación de la Fundación del Museo Guggenheim para llevar a cabo el proyecto de Helsinki.