GBC se demuestra que no es inferior a nadie
Con el liderazgo de Jared Jordan, Taquan Dean y Dani Díez, los donostiarras tomaron el mando desde el inicio y nunca lo soltaron. El acierto en el triple marcó la diferencia en el derbi de Illunbe.

GIPUZKOA BASKET 80
BILBAO BASKET 67
Mejor tiro, más rebote, menos pérdidas... Un triunfo explicado solo por los números, y traducido en sensaciones a que Gipuzkoa Basket se quiso demostrar que no es menos que Bilbao Basket, diga lo que diga la clasificación. Ayer, desde luego, lo consiguió de sobra, liderado por Jared Jordan, Dean y Díez.
Un triple de Taquan Dean hacía presagiar la salida en tromba de Gipuzkoa Basket. A pesar de que Sito Alonso hizo coincidir a Colom y Raül López en el quinteto titular, ninguno de los dos bases supo templar el ritmo de juego de un Bilbao Basket muy blando ante un rival motivado en extremo. Los de Jaume Ponsarnau se repartían sin mayores problemas las tareas anotadoras mientras que Bilbao Basket llegaba a vivir situaciones de estorbada mutua entre Marko Todorovic y Williams. Para cuando Sito Alonso pedía tiempo muerto los donostiarras se iban 14-4.
El tiempo muerto y la entrada de Dejan Todorovic reactivó a los hombre de negro, que se arrimaban hasta el 16-12. No obstante, no tardarían mucho las huestes locales en volver a abrir brecha a golpe de triple, obra de Dani Díez, Franch y Taquan Dean. Solo una canasta en transición y sobre la bocina de Colom evitaba que la renta guipuzcoana superara la decena al final del primer asalto: 25-16.
La intensidad y los contactos se elevaron varios puntos a partir del segundo cuarto. Sobre todo por parte de Bilbao Basket, que precisaba recurrir a Hervelle y su astucia para que los de Sito Alonso trataran de reengancharse a un derbi que les nació torcido. En cambio, los bilbainos se encontraron con un GBC dispuesto a devolver los golpes y en el que hasta Julen Olaizola, con un palmeo realizado tras un vuelo espectacular, tenían sus instantes de lucimiento. Eso sí, Franch tuvo unos instantes de precipitación, algo que los hombres de negro aprovechaban para obligar a Ponsarnau a devolver a Jordan.
La defensa de Gipuzkoa Baskert causaba estragos en los bilbainos, por mucho que sus aficionados no dejaran de alentarlos. Latavious Williams cometía su tercera falta por un bloqueo en movimiento y acto seguido los hombres de negro perdían dos balones seguidos en ataque, con una dura falta de Raül López sobre Díez como corolario. Un triple de Jordan y una tercera pérdida bilbaina elevaban la renta local a 14 puntos, 38-24.
17 de 28 en tiros de campo
El desastre bilbaino de la primera mitad se vio en que solo sumaron un triple, de un total de seis intentos, obra de Wragge hacia el minuto 18. Bilbao Basket, con las notables bajas de Mumbrú -presente en el banquillo- y Bertans, no jugaba cómodo y se encontró a un Gipuzkoa Basket motivado y fino.
Sobre todo Jared Jordan, autor de varias canastas que llevaron el derbi a un descanso por pocos imaginado, ya que en el luminoso marcaba una diferencia de 16 puntos: 48-32, nada menos. Nada menos, porque el conjunto donostiarra firmaba un 17 de 28 en tiros de campo -con 6 triples de 11 intentos-. La cuestión era ver si los de Ponsarnau iban a aguantar o no semejante ritmo de acierto.
Eso, y que la temida «caraja del tercer cuarto» no apareciera en las huestes donostiarras. Y apareció. Aunque la defensa donostiarra seguía rayando a buen nivel, la agresividad era menor, así como el acierto. Así las cosas, Jaume Ponsarnau se vio obligado a parar el derbi cuando Marko Todorovic ponía a Bilbao Basket a menos de diez puntos: 51-42.
No perdieron los nervios los guipuzcoanos, que de la mano de sendos triples de Iarochevitch y Dani Díez, más una trabajada canasta de Doblas, volvían a despegarse en el luminoso, 59-44, obligando a Sito Alonso a llamar a capítulo a sus jugadores.
Tensión y errores
Bilbao Basket volvía a meterse en el partido gracias a un triple de Wragge y un «dos más uno» de Colom producto de un error de los árbitros, que dieron validez a un lanzamiento del andorrano. La famosa «ley de la compensación» se la tomó Taquan Dean, clavando un triple que establecía el 64-52 sobre la bocina del tercer cuarto.
Después del claro dominio donostiarra durante todo el partido, resultaba casi extraño ver que los hombres de negro aún tenían las opciones de victoria intactas. Eso se debía en parte a la ausencia de Jared Jordan, ya que Ponsarnau decidió darle un respiro, y con Franch las cosas no le iban tan bien a GBC. De hecho, fue entrar el base estadounidense y darle una asistencia de espaldas a Hanley que lograba el «dos más uno», sacándole la quinta falta a Wragge: 67-54.
Bilbao Basket precisaba agarrarse a la garra. Un triple de Andjusic y una canasta de dos de Williams arrimaban a los vizcainos a 67-59, que además se ponían en zona 2-3. Pero en estas apareció un Dani Díez dispuesto a confirmar todo lo bueno que apunta con dos canastas seguidas que obligaban el tiempo muerto visitante: 71-59.
El golpe de gracia lo puso Taquan Dean, después de agradecer con un triple una asistencia llena de temple de Jared Jordan, que le regaló otro triple a Grimau para cerrar la cuenta y el derbi. A partir de ahí, algún conato de bronca y maquillaje como fin de fiesta.
Un derbi «vibrante» para Ponsarnau y «la lenta reacción» de Bilbao Basket
Jaume Ponsarnau era un hombre feliz. «Ha sido mi primer derbi en Illunbe y ha sido especial. Ha habido intensidad y emoción. Todo era muy vibrante, lo cual nos ha ayudado», resumía el preparador catalán.
«Hemos empezado muy bien, conociendo cómo atacar y defender, y controlando el rebote. Bastantes jugadores entraban y daban energía. Bilbao Basket ha aprovechado nuestras dudas en la segunda mitad, pero hemos mantenido la calma, con el control de juego de Jared, que lo ha hecho de maravilla. Por lo demás, acertando o fallando, lo hemos hecho todo con determinación», explicaba Ponsarnau.
«El equipo, cuando están todos, es más largo, y así podemos sostener más el nivel defensivo. Bilbao Basket mete con o sin bajas, pero algo habremos hecho bien, en parte gracias al conocimiento extremo de los ayudantes», añadía.
«Este partido ha sido un premio a todo este proceso, que esperemos que refuerce la confianza para seguir haciendo mejor las cosas. Esta liga es la mejor porque te obliga a crecer en cada partido», culminaba.
Sito Alonso era la cruz de la moneda. «No hemos estado al nivel suficiente en los 10 primeros minutos y eso ha condicionado el partido. Hemos estado blandos en situaciones defensivas, y ellos han aprovechado esta circunstancia».
«Cuando hemos hecho un esfuerzo grande, ellos nos han castigado con diversas situaciones. Esta es una lección a futuro; lo que importan no son los errores, sino la reacción ante ellos. No podemos tener una reacción tan lenta», añadía.
«Cuando no estás jugando bien, hay que hacer las cosas mucho mejor. Si no lo haces bien en los entrenamientos, luego no lo haces bien en los partidos», acabó. A. G.

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