Pasado un mes del 9N y con las respectivas hojas de ruta presentadas en público, el president, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras, iniciaron ayer las negociaciones para acordar los próximos pasos a dar.

Para cuando ERC envió un escueto comunicado informando de la reunión, el líder republicano, Oriol Junqueras, hacía horas que había abandonado el Palau de la Generalitat, donde a primera hora de la mañana se reunió con el president, Artur Mas. Es probablemente el mayor síntoma de la discreción con la que ambos líderes quieren llevar a cabo la negociación que, una vez superado con éxito el 9N y planteadas las respectivas hojas de ruta, deberá servir para seguir adelante con el proceso independentista.

Ante ellos tienen dos planteamientos con puntos en común pero con numerosas diferencias. También tienen encima los ojos de miles de soberanistas inquietos que no entienden que, tras una demostración de fuerza como la del 9N, los partidos regresen a sus trincheras y no sean capaces de ponerse de acuerdo de una forma rápida.

De ahí el breve pero tranquilizador comunicado de Esquerra, en el que señalaron que Junqueras se mostró «esperanzado». «Encontraremos la manera de entendernos para hacer posible la independencia y construir un nuevo país más justo y libre», aseguró Junqueras. También el portavoz del Govern, Francesc Homs, que el martes lanzó un globo sonda asegurando que el Govern no tenía prisa por convocar las elecciones, se mostró ayer confiado sobre la consecución de un acuerdo entre las dos principales fuerzas soberanistas. «Cuento con que en los próximos días o semanas habrá acuerdo», señaló en una entrevista en ``Ara''.

Pese a los mensajes optimistas de ayer, la reunión no sirvió más que para tratar de restablecer, aunque sea desde el pragmatismo, parte de la desconfianza mutua generada en los últimos meses entre ambos líderes, así como para fijar el calendario de una negociación que se intensificará en los próximos días. Así lo aseguró Esquerra, que se limitó a apuntar que en la reunión de ayer Mas y Junqueras intercambiaron «opiniones y puntos de vista sobre la mejor manera de superar los retos».

El mayor ahora mismo es acordar la hoja de ruta para iniciar la fase final de la independencia, que Mas sitúa en un plazo máximo de 18 meses desde la celebración de unas elecciones que quiere convertir en la consulta que el Estado niega. Los puntos de acuerdo en el planteamiento son numerosos, pero es precisamente en las elecciones donde chocan los dos líderes, ya que Junqueras se opone insistentemente a formar una candidatura unitaria junto a Mas y las entidades soberanistas.

Agentes sociales

En su comunicado, ERC también explicó que en los próximos días se multiplicarán los contactos «con la voluntad de llegar al máximo número de acuerdos». De hecho, informó que además se abrirá «una ronda de contactos con agentes políticos, económicos y sociales para tomar el pulso a sus opiniones, con el objetivo final de poner el futuro del país en manos de los ciudadanos de Catalunya tan pronto como sea posible».

Aquí es donde entrarán en juego el resto de fuerzas soberanistas, empezando por la CUP, que cada día reclama a Mas la convocatoria inmediata. Unos comicios a los que la Esquerra Independentista podría concurrir junto a otras fuerzas y movimientos de la izquierda rupturista bajo el paraguas de la Crida Constituent, que se presentará en público el día 20.