Autoinculpaciones populares y paso adelante diplomático del Govern
Más de 600 personas se autoinculparon en apoyo a Artur Mas en la iniciativa activada por la ANC tras la admisión a trámite de la querella por el 9N. Al mismo tiempo, el Govern acusaba al Gobierno español de tener «un máster en miopía» y le recordaba que en ningún lugar del entorno se usan querellas contra procesos políticos. Lo acompañaba con una medida diplomática: aprobar una representación permanente en Bruselas y delegaciones en Italia y Austria.

La espiral acción-reacción sigue marcando el proceso soberanista catalán. El día después de la admisión a trámite de las querellas contra Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau por la consulta del 9N, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) activó con fuerza su campaña de autoinculpaciones. Más de 600 personas, que formaron una hilera que rodeaba el Palacio de Justicia de Barcelona, les respaldaron con sus firmas y reivindicaron que aquel día ellos y ellas también votaron y desobedecieron.
Entre los firmantes en esta primera jornada figuraba el líder de ERC, Oriol Junqueras, y varios representantes de CiU. Se dio la circunstancia de que personas con las que compartían espera se acercaron para reclamar a los políticos que lleguen a un acuerdo para adelantar las elecciones, en algún caso de modo algo airado.
Mientras tanto, tras la reunión semanal del Govern el portavoz, Francesc Homs, acusó a Madrid de tener «un máster en miopía» en su lectura de la situación en Catalunya. Tildó el impulso a las querellas de «acto de incomprensión, desesperación y cultura democrática escasa». Hasta fuerzas que no respaldaron el 9N como el PSC se declaran preocupadas de los efectos que pueda tener ese proceso judicial.
Bruselas y nueve delegaciones
La Generalitat acompañó este discurso de un paso diplomático concreto: aprobar el decreto de nombramiento de un representante permanente ante la UE, así como de la apertura de sendas delegaciones del Govern en Italia y Austria.
Homs no tuvo reparo en reconocer la vinculación de esta decisión con el proceso soberanista catalán. Según la Generalitat, el objetivo de este acuerdo es «consolidar la proyección exterior de Catalunya y elevar el rango de la representación en Bruselas en un momento que requiere contar con una voz política, de alto rango y directa, ante las instituciones comunitarias». Para ello se establece una figura que tendrá condición de director general y asumirá la dirección de la Delegación del Govern ante la UE, lo permite que la representación de Catalunya «tenga la fuerza y el mandato políticos que demandan las prioridades actuales y futuras del Govern». Se trata de «una inversión», resumió Homs.
En cuanto a las delegaciones en Italia y Austria, buscan reforzar la presencia catalana «en Europa central y del este». En este caso se suman a las cinco de que ya dispone la Generalitat en el Estado francés, Reino Unido, Alemania, EEUU y Bruselas.
Homs: «Tenemos nulas expectativas con Podemos»
En la rueda de prensa semanal el portavoz del Govern, Francesc Homs, fue preguntado además sobre la visita de Pablo Iglesias a Barcelona, donde no aclaró las dudas sobre si aceptaría o no un referéndum vinculante sobre la independencia en Catalunya, aunque dijo estar a favor del derecho a decidir. Tras ello, la Generalitat endurece su discurso ante la nueva formación. Homs dijo tener «nulas expectativas» de que Podemos avale algún día el derecho a decidir, en la hipótesis de que esta formación llegara al Gobierno español.
Argumentó Homs que «hay dos formas de decir que `no' al derecho a decidir: de cara y de frente, como el PP, o desvirtuarlo tanto que los efectos prácticos son iguales que decir que 'no'. El resultado es el mismo», sentenció.
Para el Govern, Podemos es la constatación «de que la derecha y la izquierda española no tienen nada diferente que ofrecer a Catalunya», y citó como precedente el recorte del PSOE al Estatut vía Tribunal Constitucional español, hecho que se sitúa como origen del posterior proceso soberanista.
El también «conseller» de Presidencia censuró igualmente que Iglesias afirmara en una entrevista que Podemos no reconoce a CiU como un interlocutor válido en Catalunya: «Un demócrata no puede hacer estas declaraciones», señaló. «Generan perplejidad y están hechas desde la superioridad moral».
En Barcelona, Iglesias reprochó además al líder de la CUP, David Fernández, que se abrazara con Artur Mas en el calor del 9N.

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