«Esto es un proyecto vital y dramáticamente ligado a mi persona y a mí yo como artista»
PLV Havoc comenzó a darse a conocer en 2011 con el disco «Penny Lancaster», aunque en 2009 ya había debutado con una demo. Tras un maxi llega ahora «Los saben los narvales», una apuesta de refulgente y delicado pop. Disco lanzado por uno de los sellos más veteranos, inquietos y sólidos, Subterfuge. Mañana, Havoc presenta su disco en Gazteszena de Egia junto a Ama y Perlak.

Tras un lustro de lucha contra todos los contratiempos que plantea la música, al margen de las satisfacciones efímeras, el donostiarra Havoc (atrás quedó el PLV) presenta «Lo saben los narvales». Un disco alejado de sus dos primeras referencias y, en menor medida, del maxi «Ogro y púgil».
Havoc se aparta de sus inicios en onda songwriter de aire folk contemporáneo. El pop le ha visitado y aunque quedan restos del castillo, ahora vive en un virtual apartamento donde el hi-fi sustituye al low y donde Havoc se encuentra con la canción pop inmediata, un terreno nada fácil, en la que los sintetizadores se colocan por encima de la guitarra del escritor solitario. También es más lírico, mas dulce en sus tonos. ¿Pop comercial? No, pop sobrio y bien estilizado, con clase y con la síntesis de la espléndida cultura musical que posee el músico del barrio del Antiguo. Havoc deja atrás su mochila para iniciar una nueva etapa que rompe con su pasado, aunque no sabemos si con sus constructivas dudas pretéritas. Vocalmente se muestra más vaporoso, crecido, y más delicado en la entonación. También consiente de manera abierta la participación y la división del trabajo.
En cualquier caso, Havoc emprende etapa con melodías escritas con el sol naciendo de cara, el horizonte limpio y con la guitarra con «cuerdas» de xilofón para escribir singles inspirados, lúcidos, que esperan respuesta: «Hélices», «Un día» (póngase en negrilla), «Frenesí», «Lo nuestro» (vuelvan con la negrillas), «Hemisferios» (más negrilla) y hasta «Te negaré tres veces», a pesar de su quietud.
Hasta hace poco eras un artista ensimismado en su carrera en solitario, ¿qué le cambia el chip para optar por un disco que suena a grupo?
Nunca he querido sonar a artista en solitario, la verdad. Otra cosa es que entiendo que esto para mí es un proyecto vital y dramáticamente ligado a mi persona y a mí yo como artista. Creo que he sabido rodearme en cada momento de la gente adecuada, desde Rubén Caballero, Joseba Irazoki, Guantxe, Jaime Nieto, (en la época de -Penny Lancaster-) hasta ahora con Yon Vidaur, Andoni Etxebeste y José María Lluch, siempre he tenido una sensación de formar parte de una banda. Aunque sí es cierto que hoy en día ese sentimiento se acerca más a ser una realidad. Por otro lado, no puedo abstraerme de ser un solista, y no voy a dejar de expresarme como tal.
Qué ha hecho con el chico que se dio a conocer, aunque fuese tímidamente, con «Penny Lancaster»? ¿Existe? ¿Está triste y a la par ilusionado?
Pues no he hecho nada fuera de lo normal. Y no está triste, al menos no como estado vital. No me gusta la nostalgia ni los nostálgicos. Ese chico está ilusionado, claro que sí. Puedo estar atribulado, en conflicto continuo conmigo mismo y el mundo que me rodea, puedo estar enamorado o absolutamente desencantado, pero intento no estar triste. No me lo puedo permitir.
Ahora suena a pop, ¿ha sido un quebradero de cabeza resituarse?
Yo he querido hacer un disco de pop. Desnudarme líricamente, despojarme de falsas metáforas y de frases vacías. Abrazar un lenguaje musical que nos pertenece a todos. Sin peajes, o con menos, mejor dicho. Esa utópica libertad de la que a los artistas se nos llena las boca al hablar. Buscar una coherencia, con mis composiciones, mi voz, mi forma de componer y regarlo todo en este caso con el talento de Yon Vidaur. Nuestra compenetración y complicidad desde el principio lo ha hecho todo mas fácil y ciertamente muy emocionante.
Cuenta con ayuda de sintes (altivos y poderosos), ¿fue sencillo hacerse amigo de este tipo de sonoridad? ¿Han llegado para quedarse o es pronto para saberlo?
¡Sí! Me gusta la música electrónica, o mejor dicho: la electrónica en la música. Y en especial el tipo de síntes analógicos que hemos utilizado. El ácid, el sonido Manchester, eso ha sido una inspiración para este disco. Respecto a las otras cuestiones no sé qué decirte. Ahora estoy en un proceso de «llenado» después del «vaciado» que ha supuesto «Lo saben los narvales» y la verdad es que no sé lo que me depara el futuro. Solo te digo que mis dos últimas mas composiciones son en clave hip hop. ¡Lo que me faltaba!
¿Ha tomado clases de canto?
Soy un rockero peligroso, Pablo, por favor. No sé, tengo una manera de cantar algo particular y que he aprendido a conocer poco a poco. Lo que sí creo es que mi voz suena mucho más natural ahora. Y eso supongo que es bueno.

El servicio de ambulancias de Osakidetza, de camino a urgencias

Peixoto, euskararen eskutik abertzaletu zen betiereko militantea

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda
