El arranque de la segunda vuelta se ha traducido en novedades para el Eibar. Lamentablemente, hay que decir, porque han sido para mal. Por primera vez desde que Gaizka Garitano se sienta en el banquillo azulgrana, su equipo ha encadenado tres derrotas. También por primera vez esta temporada, y algo tendrá que ver, no ha podido dar continuidad al equipo en general y a la línea defensiva en particular: en las siete últimas jornadas solo ha podido repetir defensa en una ocasión.

Nuevas y malas costumbres. Y forzosas. Porque si todos los entrenadores tienden a formarse un once tipo, con pocas variaciones y, contadas excepciones al margen, pequeñas rotaciones, en el caso de Gaizka Garitano su confianza en un grupo de futbolistas muy concreto es aún más evidente. No hay más que echar un vistazo al reparto de minutos entre la plantilla, sobre todo esta temporada -apenas 13 jugadores acumulan el 85% de los minutos en Liga-.

Los onces campeones suelen recitarse de carrerilla y el Eibar no es una excepción, sobre todo en lo que a su defensa se refiere. Así ha sido al menos hasta el parón navideño. Desde entonces, las combinaciones se han disparado y los azulgranas han actuado ya con once defensas diferentes, apenas cuatro variantes menos que en las 42 jornadas de la campaña pasada.

Con un matiz diferenciador, además, entre ambas. La mitad de las combinaciones del curso pasado las realizó el técnico en las primeras jornadas, cuando todavía probaba el encaje de las nuevas piezas. Así, en las siete primeras jornadas, probó con nueve defensas diferentes. La séptima -Lillo, Albentosa, Navas, Yuri- fue la vencida y pudo repetirse en diez ocasiones, casi todas de forma continuada. Solo se vio superada por la misma combinación pero con Bóveda por Lillo en la banda derecha. Se repitió en once ocasiones, prácticamente todas en la segunda vuelta del campeonato y en jornadas consecutivas.

La tendencia este curso es justo la opuesta. Garitano apostó de inicio por Bóveda, Albentosa, Navas y Abraham, una zaga que disputó los cuatro primeros partidos y dos más posteriormente. Con el paso de las semanas, Lillo se hizo con el lateral zurdo y, con esa pequeña variante, la zaga compuesta por Bóveda, Albentosa, Navas y Lillo ha disputado siete encuentros. Desde su estreno en la sexta jornada, solo en tres ocasiones, estando disponibles esos cuatro jugadores, ha apostado el técnico azulgrana por una línea defensiva diferente.

Las cosas han cambiado en los últimos tiempos. Y no por gusto ni decisión propia. A la marcha de Raúl Albentosa se le han unido las bajas estas últimas semanas, que han incidido especialmente en la zaga. Y eso ha provocado que, desde el encuentro de la 16ª jornada frente al Valencia, cuando alineó a tres centrales, el técnico armero solo haya podido repetir defensa en una ocasión. En los cuatro últimos partidos, han sido cuatro diferentes. Y con la presencia, además, de jugadores escasamente rodados que, por problemas físicos, por decisión de su entrenador o por ambas circunstancias, apenas habían tenido oportunidades hasta ahora. De hecho, Txema Añibarro debutó en la 19ª jornada en Córdoba y Didac, aunque ya había disputado la Copa, tuvo sus primeros minutos de Liga el pasado viernes en Riazor. Lo cierto es que en estas siete últimas jornadas, el Eibar ha sido incapaz de dejar su puerta a cero aunque, en honor a la verdad, ese es un hándicap que ha venido sufriendo de forma general a lo largo de toda la campaña.

Garitano, al menos, tendrá a todos sus zagueros disponibles para el próximo encuentro, algo que no ha sucedido desde el parón navideño. O en eso confían, al menos, los responsables azulgranas porque de momento el tránsfer de Rafa Páez, cedido hace diez días por el Liverpool, sigue sin llegar a las oficinas de Ipurua.