Zuazo le marcaba 34 goles al Porriño el sábado en Lasesarre, pero no le bastaban para sumar ni un punto. Era la séptima ocasión en lo que va de Liga, 15 jornadas, que el equipo dirigido por Alberto Muñoz marcaba 30 o más goles en un partido -cinco en casa y dos fuera-, igualando así las veces en que lo había conseguido sumando las tres temporadas anteriores que ha participado en la máxima categoría: una vez en la Liga 2008-09, tres en la 2012-13 y tres en la 2013-14 (78 encuentros en total).

Solo Rocasa y Alcobendas, los dos únicos equipos que le preceden en el particular ranking de goles marcados, acreditan una tarjeta similar: Rocasa ha marcado 30 o más goles en 8 de los 14 partidos que ha jugado (tiene pendiente su cita con el Castelldefels), y Alcobendas iguala la cifra de Zuazo, con 7. Además, canarias y madrileñas son las únicas que han llegado a los 40 goles: 42 le marcó Alcobendas al propio Zuazo (en el partido con más goles de los 104 disputados hasta ahora, un total de 74 -42-32-); y 40 el Rocasa al Málaga.

Muchos tantos en contra

Pero la contrapartida se encuentra en los goles encajados. Zuazo lleva casi tantos en contra como los que ha metido (430 por 432), solo hay dos equipos que hayan encajado más (Málaga -446- y Granollers -438-, ambos recién ascendidos), y el Adesal -repescado tras descender la pasada Liga- lleva también 432, tres clubes cuyo principal objetivo es asegurarse la permanencia. Haciendo una comparación con las tres campañas anteriores del club de Barakaldo en la máxima categoría, a estas alturas de Liga la traducción en puntos de su balance goleador ofrece un saldo positivo: tenía 4 puntos en la 2008-09 (en la que acabó descendiendo), 11 en la 2012-13, 14 en la 2013-14, y 17 en la actual.

Todavía es pronto para saber si esta tendencia se asentará en el tiempo para afianzar un estilo de juego en el equipo de Barakaldo, pero lo que se ya se puede constatar es que la llegada de Alberto Muñoz al banquillo ha propiciado un giro significativo. Su apuesta por jugar más rápido, por acelerar las acciones de saque de centro tras encajar gol, por acabar las jugadas con pocos pases, seguida a pies juntillas por sus jugadoras, ha propiciado algunos cambios en la fisonomía del equipo, donde Yáñez y Ahedo han perdido algo de presencia en beneficio de Oihane Gil y Alexandra Gil, mientras Ainhoa Hernández sigue dando muestras de gran pivote, muy mejorada en el aspecto físico, aunque su salto a un nivel superior le exigiría mayores prestaciones defensivas.

Precisamente este es el otro elemento de la ecuación que le falta por resolver a Zuazo, aunque quizá sea excesivo pedirle que lo solucione esta temporada. Pero si mantiene una plantilla similar, ahí podría encontrar la forma de obtener un mayor rédito a sus goles, sumando más puntos. Una mejora en ese aspecto, unida a la progresión de sus jóvenes porteras de futuro -Ramírez y Aalla-, podría meterle en la pelea por objetivos más ambiciosos. De momento, sigue teniendo la 5ª plaza a tiro.