Con las maletas vacías
Los azulgranas sufren su quinta derrota consecutiva, que podría dejarles solo cinco puntos por encima del descenso. El equipo intentó reforzarse desde la defensa, pero a veinte minutos del final Vietto aprovechó uno de los escasos errores para marcar.

VILLARREAL 1
EIBAR 0
El Eibar regresa a casa derrotado. Y ya son cinco las semanas consecutivas que acaban con caras largas para los azulgranas. Cada una con sus circunstancias, condicionantes y sensaciones particulares, pero con idéntico resultado, la derrota.
La espectacular primera vuelta que protagonizaron los eibarreses siguen amortiguando su caída, pero la clasificación se oscurece a cada semana que pasa. Varios de los equipos que marchaban por detrás, y bien distanciados hace escasísimas semanas, les pisan ya los talones, cuando no les han sobrepasado. Y aunque lo hace casi milímetro a milímetro, también el colchón sobre el descenso, siempre tranquilizador, va perdiendo grosor. Levante y Granada se ven las caras esta noche y, si uno de los dos consigue la victoria, se colocará ya a solo cinco puntos del cuadro guipuzcoano.
Un Eibar que, con todo, puede seguir permitiéndose el optimismo. Con quince de los 42 puntos que disputará le llega para culminar la temporada con un logro tan espectacular como el de los dos años anteriores.
El problema es que ahora mismo resulta difícil pensar en cinco partidos que parezcan asequibles para conquistar esos cinco triunfos. Y no solo por la pesadumbre a la que empuja la mala racha última. También porque este último mes ha confirmado lo que se intuía en los previos. El armario del Eibar está tan vacío como sus maletas. Lesiones y sanciones obligan a Gaizka Garitano a retocar el once cada semana, pero las alternativas, las que permitirían al equipo mantener una línea mínimamente regular, son ciertamente limitadas.
No hay mejor ejemplo que el que se vivió ayer en El Madrigal. Solo tres semanas después de fracturarse el pómulo, y pese a que los augurios más optimistas apuntaban a un período mínimo de baja de un mes -aun contando con la máscara protectora-, Manu del Moral volvió a vestirse de corto. Lo que dice mucho, más aún teniendo en cuenta lo participativo que se mostró, a favor del delantero jienense. Y no demasiado del resto de delanteros de la plantilla. Con Piovaccari sancionado en casa, Lekic y Ángel siguieron el encuentro desde el banquillo, mientras Manu acaparaba protagonismo ofensivo sobre el césped. No fue demasiado en términos absolutos, porque el Eibar apenas pasó del centro del campo, pero sí en los relativos, porque todo el juego de ataque de los azulgranas pasó por las botas del andaluz.
Tres centrales
No fue demasiado. El objetivo del equipo quedó bien patente en cuanto Gaizka Garitano hizo pública su alineación. Defensa de cinco jugadores, con el regreso de Borja Ekiza a la alineación. Y nueva oportunidad para Javi Lara tras su buena actuación ante el Elche, esta vez junto a Dani García en el centro del campo. Lo cierto es que las pruebas anteriores con tres centrales de inicio no le habían ido demasiado bien al Eibar, con sendas derrotas ante Barcelona y Valencia. El resultado también fue adverso en El Madrigal aunque, durante muchos minutos, pareció que podía romperse la tendencia. Si no ganando, difícil si apenas se tira a puerta, sí al menos salvando un punto que habría venido de maravilla y sabido aún mejor.
El Villarreal probó. Con ganas y con ideas, desde el primer minuto hasta el último, por la derecha, por la izquierda y por el centro. Pero el Eibar supo cerrarse, si no para evitar que el balón llegase al área, sí al menos para que las opciones de remate no fueran claras. Claro que esa apuesta, que ya le ha funcionado al equipo lejos de Ipurua esta temporada, exige un partido inmaculado en el apartado de errores y, ya puestos a buscar la campanada, mucha chispa arriba para golpear a la contra. Pero los azulgranas no andan finos en ninguno de los dos aspectos últimamente, con un solo gol marcado en las cinco últimas jornadas, y una racha casi tan prolongada de errores que además ha personalizado su guardameta. Ante el Villarreal, como sucediera ante Deportivo y Elche, y pese a que también realizó otro par de intervenciones de mérito, Xabi volvió a errar. Y como también sucedió en esos dos encuentros, la factura para el equipo fue muy cara.
Mediada la segunda parte, y visto que a su equipo le costaba cada vez más crear peligro en el área visitante mientras el Eibar empezaba a mirar con más ambición la portería de Asenjo, Marcelino decidió dar vidilla a la tarde. Tres de sus mejores jugadores, si no los mejores, que se habían tomado un respiro de inicio tras el encuentro de Europa League del pasado jueves, saltaron al campo. Y solo habían transcurrido dos minutos desde la entrada de Cheryshev y Vietto cuando el argentino sentenciaba el encuentro. Gracias a una bonita jugada colectiva, su buen remate y, lamentablemente, gracias también al error de Xabi, al que se le escurrió el balón por debajo del cuerpo.
Garitano llamó de inmediato a Lekic y no tardó en hacer lo propio con Dani Nieto. Pero, aunque los azulgranas lo intentaron hasta el punto de provocar algún susto en graderío de El Madrigal -aunque la mejor ocasión fue para el cuadro castellonense, con un paradón de Xabi a disparo de Moi Gómez-, ya no hubo tiempo, ni sobre todo capacidad, para voltear un marcador que prolonga las penurias de la escuadra eibarresa.
Garitano: «El desánimo no entra en nuestro diccionario»
Como la semana pasada, Gaizka Garitano prefirió quedarse con la imagen por encima del resultado, evidentemente negativo. Y es que, con la excepción del gol, el técnico consideraba que el choque había sido bueno y se había desarrollado conforme a sus expectativas.
«El partido ha sido como queríamos -aseguró- pero con la pena del gol. El equipo ha hecho un gran trabajo contra un gran rival y hemos estado vivos hasta el último momento. Hasta que han marcado el partido ha ido por donde queríamos. La pena ha sido el gol porque creo que al final habríamos tenido ocasiones a la contra por cómo se iba desarrollando el partido, porque ellos en la recta final estaban muy atacantes». Insistió en que «el equipo ha hecho un gran trabajo en defensa. Nos hemos defendido muy bien. Hemos estado cerca de puntuar. Y para nosotros el poder competir con el Villarreal es para estar contentos. Hemos hecho muchas cosas bien». Pero de poco sirvieron frente a las dos «penas» del entrenador vizcaino: que «con balón hemos tenido problemas» y que, como en las dos jornadas previas, «el gol haya llegado en un error».
Por ese trabajo y a pesar de los errores y la mala racha de resultados, Garitano mira «al futuro con optimismo». Sobre todo porque «veo al equipo trabajar con mucha ilusión». «Somos un equipo que tenemos nuestras limitaciones -aseguró el técnico- pero hemos sido capaces de poner en muchas dificultades al rival. El desánimo no entra en nuestro diccionario y a partir de mañana prepararemos el siguiente partido. Nuestra lucha es diaria y esto no nos va a parar». GARA

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