Jon ORMAZABAL
FÓRMULA 1 | Arranca el Mundial 2015 en Australia

Nueva temporada con trastornos de equilibrio

«Todos contra Mercedes» parece ser el lema de una nueva temporada en la que los otros grandes equipos han realizado sustanciales cambios para tratar de reducir la superioridad de las «flechas de plata».

Desde siempre, buenos números de clowns y equilibristas han sido elementos indispensables de los grandes circos. La reputación de cada compañía se sustenta fundamentalmente en la calidad de sus payasos o funambulistas y la falta de equilibrio en las últimas temporadas, con excesiva superioridad de Red Bull y Mercedes sobre el resto de escuderías, ha aumentado la sensación de pérdida de interés por la competición en un mercado clave y tradicional como el europeo. Y, de momento, ni los test de pretemporada ni los cambios en la reglamentación auguran otra cosa que otro mano a mano entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg, para conocer cuál de las dos «flechas de plata» consigue repetir el título de 2014 para la escudería del excampeón austriaco Niki Lauda y su compatriota Toto Wolff.

A pesar de que la existencia de nuevos promotores que organicen carreras en circuitos más exóticos de Asia, Rusia, Estados Unidos o México, la negativa de circuitos de tradición a abonar las tasas que exige el entramado empresarial de Bernie Ecclestone, o las dificultades económicas de gran parte de los equipos -Caterham es historia y Marussia ha estado al borde de la desaparición hasta hace muy poco- son síntomas inequívocos de grietas en el sistema.

En esta tesitura, el domingo dará inicio un Mundial de tres, o más, velocidades, en el que Mercedes parece partir con varios cuerpos de ventaja sobre sus más directos adversarios.

Al menos eso se desprende de los test de pretemporada efectuados en los circuitos de Jerez de la Frontera (Cádiz) y Montmeló (Barcelona), pista que albergará el 10 de mayo la quinta prueba de un campeonato de veinte: las mismas que el curso pasado, más la novedad de México, que retorna al calendario 23 años después y que acogerá en el Autódromo Hermanos Rodríguez del DF el penúltimo Gran Premio de un Mundial que acabará, de nuevo, en Abu Dabi -sin puntuación doble este vez-, el 29 de noviembre.

Nacida a principios de 2010 tras la compra de Brawn GP (antes Honda F1), la escudería alemana recolectó, en 2014, los frutos de sus grandes inversiones gracias al tándem invencible que formaron el británico Lewis Hamilton -campeón mundial y 11 victorias- y el alemán Nico Rosberg -que firmó 11 pole position y 5 victorias-.

Lejos de dormirse en los laureles, Mercedes ha desarrollado un chasis que parece tener la potencia y la fiabilidad necesarias para convertirse, un año más, en la escudería a batir. La declaración de intenciones del vigente campeón, Lewis Hamilton («Queremos ser mejores este año. Queremos dominar aún más»), deja pocas dudas sobre el espíritu con el que afronta su última temporada de contrato con Mercedes, una posible distracción de la que podría salir favorecido Nico Rosberg. «Todos los momentos difíciles me fortalecieron, necesito de pequeños detalles para vencerlo y voy a buscar eso», apuntó el alemán.

Los motores híbridos V6 de Mercedes, una de las dos únicas escuderías -junto a Ferrari- que construye tanto el motor como el chasis y se encarga de la aerodinámica- fueron la clave de su supremacía, y la insignificancia de los cambios en la reglamentación de cara a este nuevo ejercicio no facilitan que la brecha abierta en 2014 entre Mercedes y sus rivales se reduzca demasiado de cara al nuevo curso.

Después de la revolución en los motores que se vivió el año pasado, esta temporada solo habrá novedades técnicas, entre las que destacan la reducción del número de motores o «unidades de potencia» disponibles -que pasan de cinco a cuatro este año-, el aumento del peso mínimo de los monoplazas y la inclusión de nuevas sanciones.

Cambios en las alternativas

La falta de resultados en 2014 ha obligado a realizar grandes revoluciones, al menos en cuanto a nombres, de aquellas escuderías que no se conforman con poder pisar el tercer escalón.

Una temporada sin victorias, la primera desde 1993, ha obligado a un cambio radical a la histórica Ferrari. La Scuderia convenció al cuádruple campeón del mundo, el alemán Sebastian Vettel, para que firmara por el equipo de Maranello, formando pareja con su amigo el finlandés Kimi Raikkonen. No hay duda de que el SF15-T supera con creces al F14-T, pero el nuevo Ferrari parece haberse desinflado algo con respecto a los primeros tests de pretemporada. Destacan por su fiabilidad, pero parecen lejos de Mercedes.

No ha sido menor la mutación en la escudería british por excelencia. Al otro lado del Canal de la Mancha, Ron Dennis ha vuelto con los japoneses de Honda 23 años después y han apostado por la experiencia de los pilotos para reverdecer laureles, ya que su contador de victorias sigue parado en 182 y 20 títulos mundiales (de 1974 a 2008). La apuesta por el regreso de Fernando Alonso, junto a Jenson Button, no ha arrancado con buen pie tras el affaire surgido después del misterioso accidente del asturiano, que se perderá, al menos, la primera prueba del próximo domingo en Australia.

Williams y Red Bull, outsiders

Sin embargo, las amenazas reales, al menos de momento, para Mercedes llegan con mucho menos revuelo mediático, con Williams y Red Bull como principales outsiders. Los austríacos fueron los únicos que consiguieron robarle alguna victoria a Mercedes en 2014 y los británicos regresaron al podio tras varios años de zozobra.

Alrededor siempre del eterno Sir Frank y su hija Claire, los ingleses de Grove parecen ahora mismo los únicos capaces de quitar la pole y de pelear alguna victoria a Mercedes, al menos en estas primeras pruebas del Mundial. El FW37 presenta una buena base y su nuevo motor, Mercedes, le permite ser una potente alternativa. Además, su dúo de pilotos parece muy consistente con la experiencia de Felipe Massa y el talento del más que prometedor Bottas, con lo que aspiran a poner algo de picante en las carreras.

Los austríacos, tras la salida de Vettel a Ferrari, pierden alas y dependen más que nunca de la juventud, con Daniel Ricciardo -el único que batió a Mercedes el año pasado y que llevará la responsabilidad del equipo- y Daniil Kvyat para iniciar un nuevo ciclo... o al menos convencer a un comprador. De momento, parece que la escudería de la bebida energética empieza a entenderse con Renault, proveedor de su motor, y parece seguro que van a correr rápido.

Lejos de la lucha por la victoria o el podium, el resto de equipos bastante tendrá con poder gestionar la temporada como mejor pueda. Que se lo cuenten si no a Roberto Merhi, joven piloto de Castellón que el domingo se pondrá al volante del Manor Marussia sin haber podido probar el coche, ni siquiera un simulador, ni conocer el circuito de Melbourne. Carlos Sainz Jr y Max Verstappen, el debutante más joven con 17 años, forman una dupla rookie en Toro Rosso.