Nada parece haber cambiado en el circo de la Fórmula Uno. Lewis Hamilton comenzó la temporada en 2015 como acabó el año anterior: ganando. El piloto inglés y las flechas de plata de Mercedes volverán a ser los rivales a batir, por lo que se pudo ver ayer en el circuito australiano de Albert Park. La escudería alemana copó por novena ocasión consecutiva la primera fila de la parrilla de salida y firmó su décimo doblete en un año. Ahí es nada.

La diferencia de potencia y fiabilidad fue tan elevada que el tercer clasificado -el tetracampeón mundial Sebastien Vettel- entró a más de medio minuto. El brasileño Felipe Nasr y el madrileño Carlos Sainz -hijo del piloto de rallyes- pusieron la nota novedosa en el inicio del Mundial al sumar los primeros puntos en su debut.

Hamilton, que el sábado había conseguido su trigesimo novena pole position, no dejó margen de maniobra a sus rivales en una carrera bajo mínimos, ya que solo tomaron la salida quince monoplazas -algo que no ocurría desde 1963 en Mónaco- y algunos de ellos no pudieron completar la prueba.

Manor, equipo que ocupa la plaza de Marussia, no compitió, pues el castellonense Roberto Mehri no pudo salir en las pruebas de clasificación, Valtteri Bottas (Williams) se produjo una lesión en la espalda y tampoco corrió ayer, lo mismo que Kevin Magnussen -sustituto de Fernando Alonso en McLaren- y Daniil Kvyat (Red Bull), por averías de última hora en sus respectivos coches.

Por si ello no fuera suficiente, en la segunda curva se produjo el accidente de Pastor Maldonado que dejó inhabilitado su monoplaza y Romain Grosjean también tuvo que dejar la carrera por problemas mecánicos, con lo que Lotus se quedó sin representación sobre el asfalto. Los posteriores abandonos de Kimi Raikkonen (Ferrari) y Max Verstappen (Toro Rosso) -con 17 años se convirtió en el más joven debutante de la historia- provocaron que en pista solo quedasen once vehículos, algo bastante insólito en la historia de la Fórmula Uno.

El estirón definitivo de Mercedes se produjo en el vigésimo giro cuando ya le sacaban quince segundos al entonces tercer posicionado Felipe Massa (Williams), que tuvo que conformarse con la cuarta plaza tras ser sobrepasado por Vettel en la única parada que realizaron todos los pilotos.

«Sensación estupenda»

Hamilton aseguró vivir una «sensación estupenda» por el hecho de «empezar la temporada del mismo modo que acabamos la anterior». El piloto inglés calificó a su coche de «fantástico», por lo que dio las gracias a su equipo. «Aun así, fue una carrera dura, ya que Nico fue muy rápido todo el tiempo. Se trataba, sobre todo, de gestionar el combustible y los neumáticos, para ver cuánto los podíamos empujar. Cuando logré un margen de dos segundos, todo era cuestión de mantenerlo», indicó el doble campeón del mundo al finalizar la prueba.